Juego de bacarrá
hacia 1928 - 1929
Óleo sobre lienzo.
67,6 x 82,2 cm
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid
Nº INV.
598
(1979.79
)
No Expuesta
Planta segunda
Colección permanente
Planta primera
Colección permanente
Planta baja
Colección Carmen Thyssen y salas de exposiciones temporales
Planta -1
Sala de exposiciones temporales, salón de actos y taller EducaThyssen
El pintor húngaro Vilmos Huszár, instalado en La Haya en 1906, no sólo fue uno de los principales fundadores del grupo holandés De Stijl , sino que también fue el creador de la xilografía de la portada del primer número de su revista. En aquella intrigante imagen, en la que algunos ven dos perfiles entrecruzados, se manifestaba ya su derivación hacia la abstracción geométrica de las formas naturales, que tuvo un gran influjo en la creación del neoplasticismo. De forma simultánea, el artista estaba trabajando en un teatro experimental de marionetas con sombras, Mechanische Dansfiguur (Bailarina mecánica), que se presentó en 1920. La bailarina, que adoptaba diferentes posturas a través de un dispositivo mecánico, combinaba aspectos del arte popular y del primitivismo del teatro de sombras de la isla de Java, con las nociones de movimiento de los futuristas, la mecanización del cuerpo humano de Schlemmer y la figuración no-objetiva de De Stijl.
Aunque el título con el que aparece en la mayoría de las publicaciones es Jugadores de bacarrá (Baccaratspelers), cuando en 1934 se vendió a su primer propietario, Cornelius Bruynzeel, llevaba el título de Juego de bacarrá (Baccaratspel), por lo que, según sugiere Christopher Green, se debería adoptar esta denominación. En 1928, cuando Huszár comenzó esta obra, el pintor ya había abandonado De Stijl, y sus nuevos planteamientos estéticos se dirigían a combinar figuración y abstracción. Como se puede apreciar, los jugadores se han visto reducidos a formas geométricas planas semiabstractas y toda la composición está organizada alrededor del característico tapete verde, dispuesto en paralelo al plano del lienzo.
Paloma Alarcó
Aunque el título con el que aparece en la mayoría de las publicaciones es Jugadores de bacarrá (Baccaratspelers), cuando en 1934 se vendió a su primer propietario, Cornelius Bruynzeel, llevaba el título de Juego de bacarrá (Baccaratspel), por lo que, según sugiere Christopher Green, se debería adoptar esta denominación. En 1928, cuando Huszár comenzó esta obra, el pintor ya había abandonado De Stijl, y sus nuevos planteamientos estéticos se dirigían a combinar figuración y abstracción. Como se puede apreciar, los jugadores se han visto reducidos a formas geométricas planas semiabstractas y toda la composición está organizada alrededor del característico tapete verde, dispuesto en paralelo al plano del lienzo.
Paloma Alarcó