En los Berkshires
El estilo de Inness a finales de la década de 1840 y principios de la de 1850 se debió en gran medida a la influencia de estampas de los Maestros Antiguos que había visto en las tiendas de Nueva York y en el estudio de su maestro, el francés emigrado Regis F. Gignoux. Años más tarde escribiría que le fascinaban, de una manera que «entonces no era capaz de analizar», los grabados y mezzotinte de los paisajes holandeses del siglo XVII y la pintura de Claudio de Lorena y de Gaspar Dughet. «Llamaba la atención en ellos la fuerza del tema, la magnitud de su alcance. Aquello era la naturaleza, magnificada y no empequeñecida por detalles insignificantes y una ejecución endeble. Empecé a llevármelos cuando iba a pintar al aire libre para compararlos con la naturaleza tal como era y empecé a verlo claro. No tenía los originales para estudiarlos, pero hallé algunas de sus cualidades en Cole y en Durand. [...] En Durand había un sentimiento más íntimo. "Si pudiera combinar las dos cosas", pensé»
En los Berkshires es un ejemplo de hermosa factura del primer estilo de Inness. Data de finales de los años 1840, cuando el artista expuso varios paisajes de la sierra de Berkshire, en el oeste de Massachusetts; la escena de un atardecer en el bosque combina el claro que se abre en la espesura y por el que se ve una luminosa lejanía y la calidad plumosa de las hojas, a la manera de Meindert Hobbema con el formato vertical que Durand utilizó por vez primera en 1845.
Por sus planteamientos estéticos, Inness no cabe dentro del grupo de los pintores del río Hudson, contemporáneos suyos. En palabras de Nicolai Cikovsky, Jr., más que forjar un estilo paisajístico basado en la reverencia literal hacia la naturaleza norteamericana, lo que hace Inness es elevar la naturaleza a categoría de arte -orientación que incomodó a los críticos neoyorquinos. Un colaborador del Literary World advertía en 1848 al joven artista que no «perdiera de vista a la naturaleza por tanto mirar a los "Maestros Antiguos"». Cuatro años después un crítico se quejaba de que los paisajes de Inness -entre ellos una escena de Berkshire- que por aquel entonces se exhibían en la National Academy of Design «revelan una estima mucho más profunda por los "maestros antiguos" que por la Naturaleza. [...] Está obsesionado con los paisajes clásicos».
Sin embargo, se detecta en En los Berkshires una presencia que de ordinario no se suele ver ni percibir, que desmiente la definición del estilo de Inness en su primera época como amanerado o «puramente intelectual». El paisaje, enmarcado por árboles y cerros rocosos y plasmado mediante una paleta relativamente limitada de verdes, ocres y dorados, se vuelve sobre sí mismo. El campesino, la alquería y la tapia que reciben los últimos rayos del sol poniente, sugieren una intimidad entre el ser humano y la naturaleza. Como escribiría posteriormente, Inness prefería el «paisaje civilizado» a las tierras vírgenes «sobre las que no ha incidido el sentimiento humano». El lienzo En los Berkshires lo pintó con una seguridad que lo convierte en una de sus obras más evocadoras de la primera época.
Elizabeth Garrity Ellis