George Inness logró el reconocimiento de la crítica en las últimas décadas de su vida, cuando rechazó definitivamente la imitación de la naturaleza para favorecer una visión pictoricista y estetizada de la misma, que estimulase la mente y el espíritu del espectador.

Mañana fue pintada en esta etapa final, cuando Inness se retiró a Montclair, en Nueva Jersey. La aplicación de sus teorías dio lugar a este armonioso resultado: el intenso verde del prado del primer plano, en el que pasta el diminuto ganado disperso y esbozado, se transforma en una franja más oscura y brumosa, que corresponde a los árboles en segundo término. A éstos les sigue el gris azulado del horizonte. La transición culmina con los cálidos tonos del cielo, que es atravesado por una bandada de aves.

CM

En junio de 1878 George Inness y su familia se instalaron en la casa del guarda de una gran mansión en Montclair, Nueva Jersey, donde seguramente fue pintado Mañana. Este conmovedor paisaje de la colección Thyssen-Bornemisza se enmarca dentro del estilo pictórico de su madurez, basado, según palabras del propio artista, en «los grandes principios espirituales de unidad y armonía [para] invocar al intelecto a través de los sentidos».

Inness, que tenía un instinto expresivo innato, siempre tuvo la convicción de que la finalidad del arte no era «instruir o edificar el espíritu, sino provocar una emoción». Tal y como señala Kathleen Pyne en su estudio sobre esta obra, como hiciera Whistler en sus Nocturnos, el artista nos ofrece aquí un prototipo de paisaje cargado de resonancias estéticas y espirituales.

Fueron los pintores de la Escuela de Barbizon, a los que descubrió en sus viajes a Europa en la década de 1850, quienes le dieron la fórmula para poder plasmar de forma apropiada su visión espiritual de la naturaleza. En una entrevista realizada en 1878, expresaba lo mucho que le habían impresionado años atrás las obras de Camille Corot, Charles-François Daubigny y Théodore Rousseau, a los que consideraba «los paisajistas más destacados». A la influencia ejercida por los pintores de Barbizon, hay que añadir su conversión en 1867, a la edad de cuarenta y tres años, a las ideas místico-cristianas de Emanuel Swedenborg. En Mañana, tanto los colores como la luz del ocaso se vuelven sutiles y difusos para transmitir unas sensaciones similares a las cualidades espirituales del Paraíso descritas por ese visionario sueco. La plasmación plástica de estas ideas y la utilización de una composición ordenada con precisión matemática hacen que la obra logre transmitir una sensación de gran serenidad y armonía.

Según recoge Michael Quick en el catálogo razonado del pintor, Mañana fue adquirido en febrero de 1879 por el Smith College directamente al pintor. Se trata de la primera obra de Inness que formó parte de una colección pública.

Paloma Alarcó

Siglo XIXs. XIX - P. norteamericana. Escuela del río HudsonPinturaÓleoLienzo adherido a cartón
Descargar imagen Imprimir ficha