Murnau, casas en el Obermarkt
Todavía hoy se puede contemplar el mismo enclave que Kandinsky utilizó al tomar esta vista de la calle mayor de Murnau en 1908. Poco ha cambiado desde entonces el pequeño pueblo bávaro situado al pie de los Alpes, cuya belleza atrajo a Kandinsky, Gabriele Münter, Alexej van Jawlensky y Marianne van Werefkin durante los veranos previos a la Primera Guerra Mundial. Aunque Murnau, casas en el Obermarkt no fue fechada por Kandinsky, apenas cabe duda sobre su datación debido a la rápida evolución hacia la abstracción del pintor ruso en aquellos años. En ella se aprecian ecos del lenguaje fauve que Kandinsky había contemplado en París en 1906 y 1907. Sin embargo, la factura es más compacta y la paleta algo más sombría. Por otra parte, el color pugna ya claramente por independizarse del modelo.
Para Kandinsky, los años comprendidos entre 1904 y 1908 fueron años de viajes, la mayoría de los cuales realizó en compañía de la joven artista alemana Gabriele Münter, a la que había conocido en Múnich en 1902. Durante 1904 y 1905 visitaron Holanda, Italia y el norte de África. La pareja se encontraba en París a partir de 1906-1907, y pasó seis meses en Berlín durante el invierno de 1907-1908, regresando finalmente a Múnich en el invierno de 1908.
A partir de entonces, pasaron unas temporadas en la capital bávara y otras en el pueblo de Murnau, a unos ochenta kilómetros al sur de Múnich, que visitaron por primera vez juntos en el transcurso de una breve excursión que realizaron a mediados de junio de 1908. A ambos les encantó el lugar y, a instancias de Kandinsky, Münter compró una casa allí en agosto de 1909. A partir de esa fecha y hasta que en 1914 estalla la guerra, ella y Kandinsky, a menudo en compañía de otros artistas entre los que se encuentran los compatriotas de Kandinsky, Alexei Jawlensky y Marianne von Werefkin, pasan buena parte del año en Murnau, en particular los veranos. En el pueblo y sus alrededores (Murnau tiene un enclave pintoresco, al pie de los Alpes bávaros) Kandinsky halla un repertorio de temas en los que se inspira constantemente durante esos años cruciales que son igualmente testigos de su creciente evolución radical hacia una concepción abstracta de la pintura.
Aunque Casas en el Obermarkt no está fechada, la evolución estilística del artista durante esos años es tan rápida y decisiva que es casi seguro que se trate de una obra de 1908, ejecutada en un momento en el que todavía se detecta la influencia de la pintura fauve que había visto en París. El hecho de que el cuadro -que pasó desapercibido durante muchos años en el último piso del pintor en Neuilly-sur-Seine, volviéndolo a descubrir la viuda del artista- estuviera envuelto en un ejemplar de 1908 del periódico muniqués Münchner Neueste Nachrichten aporta una pista más para esta datación. Sin embargo, el título no es original y la obra no figura en las listas de mano del artista, en las que anotaba sus principales cuadros. Casas en el Obermarkt es simplemente el título que aparece en el catálogo razonado redactado por Roethel y Benjamin, y con el que se le ha denominado posteriormente.
El cuadro representa la calle mayor de Murnau, vista desde una calle lateral en sombra al lado de la Griesbräu Inn. El pueblo ha cambiado tan poco que, incluso hoy, se puede identificar con toda exactitud el punto en el que el artista debió de plantar el caballete. A juzgar por las dimensiones del lienzo y la libertad en el manejo del medio, es posible que la composición se ejecutara al aire libre, tal vez en una sola sesión.
Peter Vergo