Desnudo azul
Desde su más temprana juventud el pintor Mijaíl Lariónov formó pareja artística con su mujer Natalia Goncharova, con quien mantendría una enriquecedora relación de inspiración mutua. Ambos supieron combinar las influencias internacionales con sus propias teorías artísticas. En los primeros años del siglo XX, Lariónov estudió en Moscú con el pintor Konstantín Korovin, cuya pintura se había impregnado de la estética impresionista, tan del gusto de la burguesía moscovita francófona. El propio Lariónov viajó a París en 1906, para ayudar a Diághilev en la representación rusa en el Salon d’Automne, y se convirtió en un entusiasta seguidor del postimpresionismo, a lo que se añadirá poco después la influencia del simbolismo y del primitivismo. Además, durante esos años Lariónov visitaba con frecuencia la residencia de Serguéi Shchukin, donde las obras maestras de Gauguin, Picasso y Matisse de su colección también le enseñarían nuevos caminos para su arte. Este Desnudo azul fue la respuesta de Lariónov a las pinturas polinesias de Gauguin de la colección Shchukin.
A pesar de estas influencias foráneas, el artista no perdería de vista las tradiciones culturales rusas. Comenzó a coleccionar, junto a Goncharova, iconos, esculturas en piedra, o lubok (grabados populares pintados a mano toscos y de bajo coste), que se convertirían en referentes básicos de su lenguaje pictórico. Hacia 1908, año en que teóricamente fue realizado este Desnudo azul, el primitivismo ya era un hecho en la pintura de Lariónov. Por otra parte, la especial luminosidad de esta pintura puede tener que ver, como ha planteado Jean-Claude Marcadé en un artículo sobre Lariónov, con la influencia de la luz meridional de Ucrania.
Paloma Alarcó