Bart van der Leck fue miembro fundador de la revista holandesa De Stijl. Su interés por aunar pintura y arquitectura contribuyó en gran medida a crear la nueva relación entre arte y vida, que caracterizó al neoplasticismo. Comenzó su formación como aprendiz en diversos talleres de vidrieras de Utrecht y continuó entre 1900 y 1904 en la Nationaal School voor Kunstnijverheid y la Rijksakademie van Beeldende Kunsten de Amsterdam. Van der Leck diseñó muebles e ilustraciones junto a su amigo el arquitecto Piet Klaarhamerb, y desde 1912 tuvo el apoyo del crítico y marchante Hendricus Petrus Bremmer y de la coleccionista Hélène Kröller-Müller, para la que realizó numerosos proyectos. Durante estos años se interesó por reflejar con un estilo realista el mundo del proletariado holandés: lavanderas, trabajadores de fábricas textiles, las mujeres de los pescadores, etc.

Entre 1912 y 1915 evolucionó hacia una abstracción dominada por los colores primarios y los fondos blancos. Inmerso en esta evolución, entró en contacto con Piet Mondrian en 1916. Este encuentro, que sería fundamental en el desarrollo artístico de Van der Leck, se materializó en una mayor tendencia hacia la objetivación del arte. Durante el breve periodo que permaneció ligado a De Stijl, su convencimiento de la necesidad de integrar pintura y arquitectura influyó de forma determinante en el resto de los miembros del grupo. Fue precisamente un desencuentro sobre el papel que se les debía otorgar a los arquitectos en la revista, lo que desencadenó su abandono del grupo pocos meses después. Desde entonces vivió en Blaricum, donde realizó unas obras en las que nunca se separó completamente de la conexión con el mundo visible y dio expresión abstracta a animales o a miembros de su familia. Sólo en los últimos momentos de su vida llegó a la abstracción plena.

Obras