Composición en rojo y malva
A pesar de su radicalidad, el vorticismo fue un movimiento artístico de vida breve. Se fraguó en Londres poco antes de la Primera Guerra Mundial en torno al poeta americano Ezra Pound y el pintor Wyndham Lewis. La terrible destrucción que supuso la primera contienda verdaderamente mecanizada condicionó la necesidad de los vorticistas de poner en evidencia la triste realidad del enfrentamiento del hombre contra la máquina. En junio de 1914 salió a la luz la revista Blast, en la que publicaron sus manifiestos Blast y Bless, en los que exaltaban el «vórtice como el punto de máxima energía».
Esta Composición en rojo y malva, de 1915, que perteneció a la pintora vorticista Helen Saunders, es representativa del estilo geométrico y abstracto de mecanización de la vida urbana propio de este momento. Las gruesas líneas negras trazadas en diagonal forman una suerte de andamiaje que sube hacia la parte superior de la composición. El lenguaje artístico repetitivo de Lewis se muestra cercano a los futuristas italianos. La diferencia entre ambos movimientos, tal y como escribiría Lewis en 1939, estribaba en que el vorticismo aceptaba el mundo de la máquina, se identificaba con «la brutalidad de la vida mecánica» y buscaba «conseguir formas máquina», mientras que los futuristas aspiraban sólo a imitar el movimiento mecánico.
Paloma Alarcó