San José y los pretendientes de la Virgen
Lorenzo Lotto fue un pintor olvidado por la crítica hasta finales del siglo XIX. La recuperación de su figura se debe a Bernard Berenson, que, en su monografía de 1895, analizó su personalidad y su obra, considerándola una de las más significativas de la primera mitad del siglo XVI. Fue un artista de temperamento y carácter difíciles, que pasó los últimos años de su vida como lego en el monasterio de la Santa Casa de Loreto. Formado dentro del ambiente veneciano, en su pintura se puede rastrear la impronta de Alvise Vivarini, Giovanni Bellini y Durero.
El tema de San José y los pretendientes de la Virgen se inscribe dentro del capítulo de los desposorios de María, siendo los Evangelios apócrifos la fuente donde encontramos el episodio. La historia se detalla en el Protoevangelio de Santiago, en el Evangelio del Pseudo-Mateo y en el Libro de la Natividad de María. El momento que Lotto eligió en esta pintura es el del florecimiento de la vara de san José. Siguiendo los Evangelios apócrifos, María, al cumplir los catorce años, debía, por la antigua costumbre, abandonar el templo y contraer matrimonio. Los sacerdotes, encargados de elegir a su marido, lo echaron a suertes entre las doce tribus de Israel para seleccionar entre ellas a la que pertenecería el pretendiente. Por este motivo, se convocó en el templo a todos los solteros y viudos de la estirpe de David con una vara; varas que recogió un sacerdote antes de su oración y que distribuyó entre los pretendientes al finalizar su plegaria. Tal y como había sido revelado, la vara de José floreció y de ella brotó una paloma. Éste es el momento representado por Lotto, en el que un san José barbado, de más edad que el resto de los candidatos, como se especifica en los apócrifos, y arrodillado, muestra al sumo sacerdote su vara florecida, donde se ha posado la paloma.
La pintura fue adquirida en el mercado de arte italiano en 1976. En ese mismo año, Rodolfo Pallucchini la examinó, ratificando su autoría en un informe conservado en los archivos del Museo, que la recoge desde entonces en sus catálogos de la Colección como obra de Lotto. En dicho informe, Pallucchini dató también la pintura hacia 1508, incluyéndola entre los trabajos de juventud del artista. El historiador la comparó con El sermón de santo Domingo en Recanati, conservado en el Kunsthistorisches Museum de Viena, pieza esta que formó parte de la predela del políptico, firmado y fechado por el pintor en 1508, dedicado a santo Domingo y expuesto actualmente en la Pinacoteca Comunale de Recanati. También consideró nuestra tabla anterior en ejecución a la Palla de la Transfiguración, hoy repartida entre la Pinacoteca Comunale de Recanati, la Pinacoteca di Brera de Milán y el Ermitage de San Petersburgo, y en la que el estilo de Lotto se vuelve más rafaelesco.
Mar Borobia