31 de diciembre: abrimos de 10:00 a 15:00. 1 de enero: museo cerrado.

La Adoración de los Reyes ha sido una obra controvertida en lo que a su atribución se refiere. En 1967, Winzinger la adscribió a un pintor que denominó Maestro de la Adoración de Lugano. Isolde Lübbeke en 1991 corroboró esta hipótesis, renombrando a este artista anónimo como Maestro de la Adoración Thyssen. La obra estuvo atribuida en principio a Wolf Huber, pues en ella se aprecian detalles inspirados en dos de sus grabados, La Natividad y La Adoración de los Magos; también se evidencia cierta influencia del estilo de Albrecht Altdorfer en el canon alargado de las figuras. Los personajes de este pasaje de la infancia de Cristo se sitúan en el interior de una iglesia gótica derruida. María y el Niño aparecen a la derecha y ante ellos, ocupando el centro de la composición, Melchor, que les ofrece el cofre con oro. En el extremo derecho vemos a Gaspar, acompañado de un soldado, y entrando en escena encontramos a Baltasar. En lado izquierdo, el pintor coloca a un personaje que viste ropas de llamativos colores y que actúa como espectador del episodio. Por su pequeño formato, se ha pensado que esta tabla pudiera haber sido una de las alas exteriores de un altar portátil.

NH

Siglo XVIs. XVI - Pintura germánicaPinturaÓleotabla
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