La Crucifixión
El Maestro de la sala capitular de Pomposa toma su nombre del conjunto de frescos que decoran la sala capitular de la abadía benedictina de Pomposa, edificio próximo a la ciudad de Ferrara. A la anónima personalidad de este pintor, Miklós Boskovits vinculó, entre otras obras, además de esta tabla del Museo Thyssen-Bornemisza, una Virgen con el Niño perteneciente al Metropolitan Museum of Art de Nueva York y dos pinturas del Musée du Louvre.
Esta tabla estaba en la colección Thyssen-Bornemisza en 1930, fecha en la que participó en la gran exposición de Múnich, celebrada en la Neue Pinakothek, donde se dio a conocer al público esta importante colección privada. La pintura se asignó entonces al círculo de Giotto, atribución que Wilhelm Suida había propuesto al analizar el trabajo. En los catálogos posteriores, se vinculó a un artista anónimo florentino, de hacia 1350, figurando así hasta 1989, cuando Caroline de Watteville la publicó en la guía de obras expuestas en Villa Favorita como obra del Maestro de la sala capitular de Pomposa.
El artista, pese a la reducida dimensión de la tabla, organiza su composición con numerosas figuras que distribuye en dos grupos a ambos lados de la cruz. Cristo en el centro, muerto y cubierto con un generoso paño de pureza, apoya sus pies en un gran supedáneo. Un reguero de sangre corre por la base de la cruz para finalizar en la calavera de Adán. En la crucifixión se incluyen cuatro angelitos: uno, afligido, ora mientras los otros tres se ocupan de recoger en recipientes la sangre que brota de las heridas del Redentor; sangre que, en el caso de las heridas de las manos, gotea formando finos hilos, pero que en la llaga del costado fluye con fuerza. Sobre un árido Gólgota, el artista ha instalado a los hombres con san Juan en primer término, a la derecha, y a las mujeres, con la Virgen desmayada, sostenida por la Magdalena y una santa mujer, equilibrando la composición, a la izquierda.
Entre los personajes que acompañan a Cristo se ha identificado a Nicodemo como la figura barbada y de perfil, que ocupa el borde de la tabla, y al centurión como el soldado de casco alado que alza uno de los brazos señalando a Jesús. En esta comitiva, sobre el fondo de oro, se perfilan varias lanzas, así como la esponja atada a una rama de hisopo empapada con el vinagre que dieron de beber a Cristo. Esta Crucifixión formó parte de un políptico del que se han reseñado otras dos escenas: La incredulidad de santo Tomás y La Ascensión, ambas en el Musée du Louvre. Como historia para la cuarta obra con la que se completaría este registro de imágenes se han mencionado el episodio de Cristo camino del Calvario y una Virgen con el Niño. El reverso de la tabla conserva trazas de una antigua decoración marmolizada.
Mar Borobia