Retrato de Ana de Hungría y Bohemia
De los primeros años de oficio de Hans Maler quedan todavía bastantes lagunas por completar. El lugar de su nacimiento, Ulm, se pudo determinar gracias a una inscripción hallada en el reverso de un retrato. Por lo demás, el primer documento que sobre él se conserva se relaciona con su estancia en la ciudad de Schwaz en 1517.Dentro de la producción de Maler ocupan un lugar destacado los retratos, en los que se advierten notas procedentes de dos importantes artistas alemanes. Uno de ellos es Bartholomäus Zeitblom, con quien se cree que pudo formarse, o bien con alguien próximo a su círculo, y cuya presencia es más evidente en sus primeros retratos. La otra personalidad de la que su estilo se nutrió fue la de Bernhard Strigel, que aflorará con más fuerza en sus retratos de corte. Los modelos y clientes de Hans Maler fueron, además de los miembros de la corte de Innsbruck, entre los que destaca el archiduque Fernando, familias influyentes y adineradas como la de los Fugger, así como prósperos comerciantes.
Esta tabla, que no conserva su soporte original, perteneció a la colección Barberini, donde estuvo hasta 1934. Mientras permaneció en esa colección se registró en dos inventarios: el de 1671, en el que figuró como una dama alemana con traje rosa, y en el de 1686, en el que se atribuyó al pintor Lucas van Leyden. La pintura, antes de ingresar en la colección Thyssen-Bornemisza, estuvo en 1937 en la galería Mercuria de Lucerna, pasando, en ese mismo año, a la colección Rohoncz. De su estancia en la colección Barberini, el óleo conserva, en el ángulo inferior izquierdo, el número de uno de los antiguos inventarios.
Ana, hija del rey de Hungría y Bohemia, Wladislav, nació en Praga en 1503. En 1520 en Innsbruck tuvo lugar su enlace con el archiduque Fernando, ambos contrajeron matrimonio al año siguiente en Linz. Tras el fallecimiento del hermano de Ana, Luis II, en la batalla de Mohac, Ana y Fernando heredaron la corona de Bohemia y Hungría. Ana falleció, en 1547, en Praga.
Maler retrató en varias ocasiones a la reina, siendo esta tabla uno de sus trabajos más logrados. El esquema que el pintor ha desarrollado en el óleo es extensible a otros retratos ejecutados por el artista. Siguiendo estas pautas, la soberana aparece de medio cuerpo, recortada sobre un fondo azul claro, iluminado en la zona inferior. La pincelada, muy cuidada, se detiene para dibujar los ricos pormenores del sombrero, del traje y de las joyas. En la reflectografía infrarroja se ha detectado un cambio compositivo significativo que explica la extraña posición de su mano izquierda. Maler, como se aprecia en el dibujo subyacente, proyectó la figura con una rosa en los dedos, flor que no llegó a concretarse en las capas de color. De esta reina se conservan retratos en la Gemäldegalerie de Berlín, donde luce también un sombrero decorado con varios broches y una pluma, y otro en el Landesmuseum Ferdinandeum de Innsbruck, donde lleva una hermosa joya al cuello que remata con una pequeña lechuza. El retrato del Museo fue, además, el modelo para dos grabados: uno de Hans Weiditz, del que se conserva un ejemplar en Berlín, en el Kupferstichkabinett, y otro, atribuido a Erhard Schön, de 1519, donde la reina, de busto, queda inscrita en una arquitectura renacentista; una inscripción en esa ilustración ha servido para la datación de la pintura.
Mar Borobia