Simone Martini
Siena, c. 1284-Avignon ?, 1344
Martini se formó probablemente en el taller sienés de Duccio da Buoninsegna y alcanzó temprano renombre, a juzgar por su obra firmada más antigua, la Majestad pintada al fresco en 1315 en el Palazzo Pubblico de Siena. En 1317 Simone se encontraba en Nápoles al servicio de Roberto de Anjou, para el cual ejecutó el monumental retablo con San Ludovico de Tolosa, Renato de Anjou y cinco escenas de la vida del santo en la predela (Nápoles, Galleria Nazionale di Capodimonte), en el que se pone de manifiesto su conocimiento de los descubrimientos espaciales de Giotto y de la extraordinaria elegancia lineal del gótico francés. Tres años más tarde, Simone pinta el políptico para la iglesia de Santa Catalina de Pisa (que en la actualidad se conserva en el Museo Nazionale di San Matteo, de Pisa), y poco antes ha de situarse la decoración al fresco de la capilla de San Martín, de la basílica inferior de San Francisco en Asís, encargada por un alto prelado, el cardenal Gentile Partino de Montefiore, legado ante la corte angevina de Nápoles. El ciclo de Asís, donde Simone ejecutará también, algunos años más tarde, una serie de medias figuras de Santos franciscanos, marca un punto de inflexión en la actividad del pintor, que alcanza la madurez de su lenguaje personal en el sentido plástico y espacial. En 1321 se encuentra de nuevo documentado en Siena donde pinta, además de una serie de obras desaparecidas, el retablo de 1326 para la residencia del Capitano del Popolo (véase ficha), el retrato ecuestre de Guidoriccio da Fogliano (1330, Palazzo Pubblico de Siena) y en 1333, en colaboración con su cuñado Lippo Memmi, la célebre Anunciación con los santos Ansano y Margarita para el Duomo (Florencia, Galleria degli Uffizi). Seguramente hacia 1335 se traslada a la corte pontificia de Aviñón -quedan en aquel lugar escasos restos de los frescos que realizó para Notre Dame des Doms-, donde traba amistad con el poeta Francesco Petrarca y donde su obra, que se identifica por el carácter elegante y delicado de su dibujo y la perfección técnica de su ejecución, recogerá la posterior evolución del gótico internacional.
Mauro Natale
Mauro Natale