Los santos Juanes con un donante
Esta pintura de Joan Mates se inscribe dentro del Gótico Internacional, periodo que se desarrolla a finales del siglo XIV y en el que las distintas artes reciben influencias no sólo de Francia sino también de Siena, creándose obras de una gran riqueza y de un fino colorido. El primer documento que se conoce sobre Joan Mates, que era hijo de un guarnicionero, está fechado en 1391, y por él sabemos que el artista residía en Barcelona. Su nombre, vinculado al del pintor Pere Serra, ha llevado a suponer que tal vez Mates adquirió su formación en su taller, del que fue colaborador, como atestigua el hecho de que, tras la muerte de Pere Serra, nuestro pintor finalizara el retablo de Santo Tomás y san Antonio de la catedral de Barcelona que Serra había dejado sin concluir. El catálogo de Mates, que fue un artista reconocido en su tiempo, se ha organizado en torno a tres altares documentados: el de San Ambrosio y san Martín de la catedral de Barcelona, 1411, el de San Sebastián para la capilla refectorio de la Pia Almoina de Barcelona, 1417- 1425, del que se conserva la parte central en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, y el retablo mayor para la iglesia de Vila-Rodona, 1422, destruido en 1936, pero del que se conservan documentos fotográficos anteriores a esa fecha.
Los santos Juanes ingresaron en la colección Thyssen-Bornemisza en 1955 y han figurado en sus catálogos hasta 1989 como obra de un maestro anónimo del Gótico Internacional. La pintura, anterior a su adquisición, había sido objeto de estudio por parte de Mayer, en 1921, que dio la primera referencia bibliográfica dentro del ámbito catalán. Posteriormente, Chandler Rathfon Post la vinculó a un conjunto de pinturas que publicó con el nombre de «grupo Peñafiel» y que más tarde se adscribieron a la producción de Joan Mates.
Bajo dos arcos polilobulados, el pintor ha instalado de pie a los dos santos que podemos identificar por sus atributos. A la izquierda, el Bautista, con el libro cerrado y el cordero al que elegantemente señala, vestido con su tradicional sayo de piel de camello que asoma por su manga derecha, y que el artista ha optado por cubrir con una fina capa salmón y azul que sujeta al hombro con una pequeña rama. A la derecha, con una inusual palma del martirio, aparece el Evangelista con la copa donde el veneno se ha transformado ya en un pequeño dragón. A los pies de estas dos esbeltas figuras y entre ellas aparece un donante de rodillas. Este personaje, que viste con distinción y riqueza, fue identificado con Enrique V de Inglaterra, lo que llevó a inscribir la tabla dentro del círculo de pintores ingleses activos a principios del siglo XV.
La pintura posiblemente decoró el cuerpo central de un altar al que se han añadido las siguientes escenas que ilustran episodios de la vida de estos santos: San Juan Evangelista en Patmos, en el Musée Goya de Castres; El nacimiento de san Juan Bautista, La degollación de san Juan Bautista, El martirio de san Juan Evangelista y San Juan Evangelista y la copa envenenada, que Gudiol y Alcolea localizaron en la colección Carreras Candi de Barcelona.
Mar Borobia