El pájaro relámpago cegado por el fuego de la luna
Como ha señalado recientemente Tomàs Llorens, en la mayor parte de los cuadros de Miró pintados entre 1944 y 1955 encontramos un vocabulario figurativo que deriva de Les Constellations. Estos veintitrés gouaches sobre papel en los que aparece un abigarrado conjunto de formas, estrellas, círculos, como si se tratara de una constelación mágica del cosmos, fueron para el pintor como una suerte de exorcismo o de escape de los horrores de la guerra.
El pájaro relámpago cegado por el fuego de la luna, de 1955, es una de las pinturas que frecuentemente se pone en relación con esta serie. En la composición, diferentes formas lineales y varias manchas coloreadas se conectan entre sí sobre un fondo plano con una musicalidad y un lirismo sorprendentes. Los colores han sido aplicados sin modulaciones dentro de unos contornos muy precisos, mientras que el fondo de color adquiere una calidad nebulosa y una gran luminosidad, lo que permite que todo el conjunto parezca flotar en un espacio etéreo. Por otra parte, el descriptivo y poético título nos permite reconocer algunos de los elementos básicos del cuadro.
Paloma Alarcó