Christian Ernst Bernhard Morgenstern, hijo de un pintor de miniaturas, inició su formación artística en su ciudad natal, primero con los hermanos Suhr y más tarde de la mano del pintor de paisajes Siegfried Bendixen. Entre 1827 y 1828 completó sus estudios en la Academia de Bellas Artes de Copenhague, periodo que aprovechó para viajar por Noruega y Suecia dibujando sus parajes. Siguiendo el consejo de su mentor, el barón Von Rumohr, decidió trasladarse a Múnich, donde se estableció definitivamente en 1829.

Una vez asentado en Baviera, Morgenstern viajó por toda la región realizando paisajes y estudiando la fisonomía de la naturaleza. Muchos de estos viajes y excursiones los hizo en compañía de sus amigos los pintores Daniel Fohr y Heinrich Crola. Las obras de esta etapa muestran influencias de la escuela holandesa del siglo XVII, en especial de Jacob van Ruisdael, los focos paisajísticos de Copenhague y de Noruega, así como del grupo de pintores realistas de Múnich, especialmente de Johann Georg von Dillis. Morgenstern fue uno de los primeros artistas alemanes que realizó acuarelas al aire libre, eligiendo como motivos principales parajes desolados, y paisajes en condiciones atmosféricas cambiantes, inundados por la luz del amanecer, del atardecer, la niebla o las tormentas.

En los años siguientes sus paisajes dieron paso a grandes vistas panorámicas en las que se omiten los detalles del primer plano, como se aprecia en Amanecer en el valle Ammer, cerca de Polling, de 1853, en la Staatliche Kunsthalle de Karlsruhe. Su percepción se hizo más subjetiva, y en sus obras aparecen sentimientos como la soledad, la trascendencia espiritual de la naturaleza y la insignificancia del hombre, que le acercan al romanticismo de Caspar David Friedrich.

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