Concierto campestre
Jean-Baptiste Pater nació en el mismo lugar que Watteau: Valenciennes. Hijo de un escultor, que era amigo del célebre pintor de fiestas galantes, recibió sus primeras lecciones de su padre y del artista local Jean-Baptiste Guidé. En 1713 se encuentra en París, en el taller de Watteau, adonde pudo seguir al pintor tras su breve estancia en Valenciennes hacia 1710. El aprendizaje de Pater con Watteau terminó con un abandono del discípulo, según parece, más por razones relacionadas con el difícil carácter del maestro que por motivos puramente profesionales. Tras esta experiencia, Pater pasó unos años en París, regresó a su ciudad natal hacia 1715 y en 1718, terminó por establecerse definitivamente en la capital francesa. En 1721 un Watteau bastante enfermo se reconcilió con su joven discípulo en Nogent-sur-Marne. Por aquel entonces, su influencia sobre el estilo de su aprendiz era evidente, al igual que la temática con la que Pater se decantó y que le haría famoso. Este seguidor de Watteau ingresó en la Academia, como pintor de fiestas galantes, en 1728, y lo hizo precisamente con una tela conservada en el Louvre en la que representa una escena militar festiva que nos remite, con las correspondientes diferencias interpretativas, a las escenas popularizadas por su maestro al inicio de su carrera.
Concierto campestre entró en la colección Rohoncz en 1935 y ha figurado en sus catálogos desde la publicación de 1937. La obra procede de la colección del conde Dubarry, donde estuvo hasta 1774, cuando fue vendida en París con su pareja, otro Concierto campestre que se conserva en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. El lienzo pasó por varias colecciones privadas francesas y, con su pendant, estuvo en la colección de la Pierpont Morgan, donde, tras su venta, ambas telas se separaron. La pintura del Museo Thyssen-Bornemisza fue adquirida a la galería Mercuria de Lucerna en noviembre de 1935.
El óleo contiene las características más sobresalientes de Pater y por las que fue un pintor reconocido y afamado. El artista representa una jornada de ocio de la alta clase social urbana a las afueras de la ciudad. Pater ha organizado su concierto en dos grupos bien definidos que acopla a planos sucesivos y entre los que traza una diagonal que nos remite a un paisaje vaporoso. El grupo principal, a la izquierda, se ordena en torno a una pareja; el hombre toca una guitarra mientras la mujer, con un libro, señala al guitarrista una posible pieza. El resto de las figuras que envuelven al dúo se agrupan de dos en dos, charlando y comentando, salvo un joven que mira con atención lo que indica la dama. En el conjunto de la derecha, que tiene como fondo parte de una arquitectura, el pintor se recrea en pormenores como el de la niña, en primer término, que con un hueso llama la atención de un can. La pintura, firmada y fechada, deriva de composiciones de Watteau, pero carece de la sutileza que destilan los grupos del maestro. Sus figuras se perfilan con un colorido animado y reflejan un ambiente distendido y alegre.
Pater hizo frente a la gran demanda que recibió variando esquemas y con versiones y réplicas de sus composiciones más populares, donde cambió detalles o figuras, fórmula que contribuyó a una reiteración del repertorio. De esta tela se conocen dos versiones: una en el Musée des Beaux-Arts de Valenciennes y la otra en la colección real británica de Buckingham Palace.
Mar Borobia