Haff (Albufera)
En el verano de 1909 Max Pechstein visitó por primera vez Nidden, una pequeña aldea de pescadores situada en el extremo oriental del mar Báltico, en lo que entonces era la Prusia Oriental. Al apartarse de la agitada vida de la ciudad viajando a un lugar lejano, Pechstein buscaba un mayor contacto con la naturaleza y poder dedicarse –según sus propias palabras–“a crear con toda libertad”. Durante aquel periodo estival, de gran productividad, el artista logró consolidar y madurar su estilo pictórico personal. Este nuevo lenguaje combina esa la sensación de libertad que le producía el alejado paraje y los nuevos horizontes que le habían abierto tanto el grupo expresionista de Die Brücke como con los fauves franceses durante su estancia París en 1908.
En Nidden, pintó principalmente paisajes de los alrededores de la albufera, separada del mar por la estrecha franja de tierra de la Kurische Nerhung, entre los que se encuentra Haff (Albufera), pero también sus barcos con sus altos mástiles y sus velas, sus dunas, sus bosques de pinos, sus sencillos habitantes y sus típicas casas de madera. En estos cuadros, ejecutados con una gran espontaneidad, intentando captar lo esencial, el color adquiere una gran autonomía y un valor fundamental dentro de la composición. A través de los contrastes entre colores complementarios, el artista logra efectos cromáticos muy luminosos.
En las obras de Pechstein subyace la sensación de plenitud y de sintonización con la naturaleza que –como confesaba en sus Memorias– experimentó en Nidden: “Por primera vez me enfrenté a la naturaleza, a las imponentes dunas, a la propia albufera y de este modo me contagié también del incesante y embriagador ritmo del mar”.