Camino de Versalles, Louveciennes, sol de invierno y nieve
Entre el otoño de 1869 y el verano de 1872, Camille Pissarro pintó veintidós lienzos en los que estudiaba los efectos de la luz, las diferentes épocas del año y el movimiento en la carretera de Versalles, en Louveciennes. Él y su familia habían alquilado parte de una magnífica casa del siglo XVIII situada en esa calle. Parece ser que Claude Monet, amigo y colega suyo, que vivía en la cercana localidad de Bougival prácticamente por la misma época, pasó varios días con la familia Pissarro y pintó con él en la carretera de Versalles durante el crudo invierno de 1869-1870. En 1870 ambos se trasladarían de las afueras de París a los alrededores de Londres para ponerse a salvo de los rigores de la guerra franco-prusiana y de la Comuna francesa. Cuando Pissarro regresó a su casa, se encontró con que las tropas alemanas la habían arrasado durante el asedio de París.
Sin duda, el precioso paisaje invernal de la carretera de Versalles de la colección Carmen Thyssen-Bornemisza fue pintado en el invierno de 1869-1870 y es, por lo tanto, una de las primeras obras de dicha serie de veintidós lienzos. Está directamente relacionado con un cuadro de tamaño más pequeño, ejecutado exactamente desde el mismo lugar de la carretera y que plasma una vista idéntica. Es probable que dicha obra (La carretera de Versalles (efecto de nieve), PV 72) fuera un boceto para el lienzo de la colección Thyssen; lleva la fecha de su ejecución, 1870, y ello nos obliga a situar el cuadro Thyssen, que no está fechado, también en 1870. Las razones para ello son evidentes. Para lograr la calidad de plein-air en la nieve, hay que pintar bajo unas condiciones meteorológicas muy duras. Por ello Pissarro eligió un punto de mira muy próximo a su casa, para poder entrar y salir fácilmente mientras pintaba. Además optó por plasmar sus impresiones de la fugacidad de la luz y de las condiciones atmosféricas en un lienzo de pequeño formato que serviría de modelo para un cuadro más grande que seguramente ejecutaría casi por completo en el calor del estudio. Por lo tanto, la obra de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, a pesar de su frescura, fue probablemente pintada en el estudio, a partir de una obra del natural, más pequeña y directa.
En el invierno de 1869-1870 Pissarro pintó cinco paisajes nevados de la carretera de Versalles. Es casi seguro que el temporal se produjera en enero de 1870, cuando Monet vivía en casa de Pissarro; el joven artista ejecutó tres vistas de la misma calle. Por lo tanto, existen ocho paisajes invernales de la carretera de Versalles pintados por Monet y Pissarro a principios de 1870; de entre ellos, el de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza destaca por su extraordinaria calidad. Las dos de mayor formato de esta serie son La carretera de Versalles, efecto de nieve (W 147) de Monet, que se conserva en una colección particular en Chicago, y La carretera nevada, Louveciennes (PV 142), colección particular, de Pissarro. A continuación vienen tres cuadros de Pissarro de idénticas dimensiones; de éstos, el de la colección Thyssen es el mejor desarrollado, tal vez en gran parte porque se basa en un estudio al óleo. Resulta interesante señalar que Monet pintó un paisaje de la misma calle por esos mismos días, aunque desde otro punto de vista, desde el otro lado de la calle. El lienzo, titulado Carretera, efecto invernal, atardecer, tiene casi las mismas dimensiones que el de Pissarro y en la actualidad se conserva en el Musée des Beaux Arts de Rouen.
Este grupito de óleos de Pissarro y Monet ocupan, en la historia del Impresionismo, un lugar equivalente al de la secuencia de obras, más conocida, que Renoir y Monet pintaron en el verano de 1869 en la Grenouillère, Bougival. La serie del verano resultaba difícil por la cantidad de personajes y de barcos que se veían en el agua, con la consiguiente «movilidad» del paisaje, en tanto que la secuencia de invierno planteaba problemas de frío además de las evidentes dificultades de pintar la nieve, que es un elemento reflectante y menos matérico que la pintura con la que se describe. Anteriormente Monet ya había pintado paisajes invernales en la década de 1860, por lo que estaba en cierto modo familiarizado con el tema. Pissarro había mostrado menos interés por los efectos de la luz y las condiciones atmosféricas que por las cuestiones de construcción pictórica y composición. De hecho, es probable que el entusiasmo de Monet sirviera de acicate a Pissarro para entablar una especie de duelo pictórico de una compleja transcripción del plein-air. Parece ser incluso que esta serie de veintidós óleos se inició a instancias de Monet.
Richard R. Brettell