Plantación en Brasil
Frans Post plasmó esta vista panorámica de una plantación brasileña una docena de años después de regresar de Sudamérica a Holanda. En la misma aparecen la residencia del amo a la izquierda y otros edificios más pequeños, entre ellos una capilla, en el centro. Como de costumbre, en primer plano se ven unas rocas y las siluetas de exuberantes árboles y matorrales, en tanto que la plantación es una franja color tierra oscura en segundo plano, por delante de una extensión verde y brumosa. El ancho cielo, por el que se deslizan las nubes, refuerza la amplitud de la panorámica.
Post solía hacer variaciones sobre sus composiciones y temas predilectos, en particular los amplios valles fluviales tropicales y las grandes extensiones de bosque con asentamientos en los claros. Gaskell (1990) comentó que un cuadro de Post cuya composición está estrechamente relacionada con el que nos ocupa, pero que aparece fechado en 1649, sugiere que la génesis de las ideas que conducen a esta obra se remontan a siete años antes. Las plantaciones, de distintos tamaños, constituyen la mayor parte de la producción paisajística de Post. Aquí pinta una plantación de modestas dimensiones, probablemente portuguesa (obsérvense el cura y el monje delante de la capilla) y seguramente dedicada al cultivo de la caña de azúcar. Post pintó plantaciones de caña mucho mayores, denominadas «engenhos reais» y de las que existe una descripción de primera mano en algunos libros, entre ellos Cultura e Opulência do Brasil (Lisboa, 1711) de Antonil. En sus paisajes, representa con todo detalle la lucrativa industria azucarera, con sus molinos de trituración y sus calderas. Sin embargo, en esta obra rinde homenaje tanto a la tierra, con su extensión y su belleza, como a la plantación y a las sencillas viviendas de sus braceros. De hecho, con la presencia del abigarrado mercado y de los nativos que bailan en primer plano a la derecha, parece menos un testimonio de la actividad industrial y agrícola del Nuevo Mundo que una imagen de la regalada vida que se disfruta en tierras exóticas. Gaskell sugirió justamente que bien pudiera tratarse de una evocación de los arquetipos arcádicos.
Peter C. Sutton