Arcoiris
Maurice Prendergast, cuya obra -en comparación con la de sus contemporáneos americanos- era la más avanzada y atrevida del momento, vivió prácticamente durante los mismos años que John Singer Sargent (1856-1925), pintor cuyas imágenes cosmopolitas forman un marcado contraste con las ingenuas evocaciones del mundo arcádico de Prendergast. Sus lienzos presentan escenas pastorales de figuras idílicas, tanto desnudas como vestidas, tejidas a modo de tapices. Aunque sus composiciones revelan numerosas influencias, muestran una visión del artista sorprendentemente original e intensamente personal.
Indicios de artistas tan diversos como Carpaccio, Puvis de Chavannes y Fortuny, o Winslow Homer, Cézanne y Matisse han sido citados en relación a su obra, y sus cuadros han sido comparados con miniaturas persas, mosaicos bizantinos y grabados japoneses. Este eclecticismo también era patente en el estudio que compartió con su hermano Charles, que contenía artículos tan dispares como «una pagoda de fantasía, recogida en una alegre incursión a Chinatown, objetos de cerámica bellamente diseñada, procedentes de tiendas de baratijas, un fragmento de mosaico antiguo, viejos jarrones persas y trozos de brocado», así como marionetas italianas.
Arco iris, fechado en 1905 en el marco, fue pintado en la misma época en que la productividad del artista se había reducido de forma significativa, a medida que crecía su preocupación por su dramática pérdida de oído. Empleando métodos terapéuticos alternativos, el artista pasaba largos períodos nadando en agua fría, con la esperanza de obtener algún alivio de su aflicción. Por otra parte, la aparición de algunos problemas de visión obligaron al artista a dejar de pintar entre finales de verano y principios de otoño de ese mismo año.
En el siglo XIX, el arco iris era considerado como un signo de promesa, un símbolo de reconciliación entre Dios y el hombre. Prendergast empleó el motivo en otras dos pinturas, como mínimo, realizadas por esas fechas: Carrera de veleros (c. 1904-1902, Colección de la señora de Charles Prendergast), en la que aparece un arco iris parcial; y como arco iris doble en Salem (c. 1902-1904, no localizado y sólo conocido a través de fotografías). Volviendo a Arco iris, el arco curvo que atraviesa la zona superior del lienzo, como la parte abovedada de un retablo, unifica el carácter de friso que tiene la composición de Prendergast. Al igual que sucede en Tarde de verano en la Isla Grande-Jatte de Georges Seurat, las señoras con trajes elegantes son presentadas a la manera de las convenciones egipcias: bien frontalmente, bien en estricto perfil. En su mayor parte, las figuras situadas a la derecha de la composición se mueven hacia la derecha; las de la izquierda -incluyendo el caballo y el jinete, motivo predilecto del artista- se mueven hacia la izquierda. El espacio de la pintura se ha reducido a bandas lisas de color que sugieren la playa, el mar y el cielo. De tonalidad más clara que la mayoría de sus composiciones, el uso generoso del blanco le concede un colorido pastel a la escena. Un crítico de la época comentó que «sus pequeños cuadros llenos de manchas revelan un sentido de la combinación de colores muy poco común; son como apuntes para cuadros grandes, apreciados por aquellos que conocen la pintura demasiado bien para concederle gran valor al "acabado". El Sr. Prendergast debería ser un hombre ideal para el mosaico, pues es raro encontrar a alguien con una apreciación tan delicada de la relaciones de colores, y un sentido tan verdadero de las composiciones».
Kenneth W. Maddox