La playa de St. Malo
Prendergast, muy aficionado a la natación, pintó la costa en un sinnúmero de cuadros, desde las playas de Revere o de Gloucester en Massachusetts hasta las de St. Malo en Francia. Prendergast era un amante del mar, y a veces, cuando realizaba curas de agua para intentar aliviar su sordera, el placer que le proporcionaban los baños adquiría dimensiones de puro hedonismo. «Quitarse la ropa y tumbarse todo lo largo que uno es sobre la arena, expuesto al viento y al sol, es la sensación más agradable que conozco en un día de primavera. Incluso en los fríos días de marzo uno se da poca cuenta de la fuerza de penetración del sol en el cuerpo».
Aunque Prendergast había visitado St.Malo durante su estancia en París entre 1891 y 1894, y nuevamente en 1914, fue su estancia de dos meses en el verano de 1907 la que le inspiró la mayoría de sus cuadros. St. Malo, situada en la costa bretona, contaba entonces algo más de diez mil habitantes. Evidentemente, Prendergast se sintió atraído por esta ciudad costera, con sus «mareas altas y sus murallas», donde pintó lugares tan señalados como el faro y la tumba de Chateaubriand; pero fue la fina arena de la playa con sus casetas de baño de vivos colores lo que más le atrajo. Al igual que con las anteriores representaciones de la playa de Revere, se coloca en un punto de vista elevado y mira hacia los bañistas situados sobre las cálidas arenas de este lugar de veraneo.
Prendergast pinta sus cuadros de St. Malo después de haber visto en París las obras del arte moderno francés, cuyo intenso colorido le impresiona vivamente. «Todas aquellas exposiciones me impactaban tanto», escribió, «que tenía que recorrer los bulevares de arriba abajo para desconectar». En estos cuadros, pintados in situ o inmediatamente después de regresar a Estados Unidos, se advierte una clara intensificación cromática y una tendencia perceptible hacia la abstracción. En La playa de St. Malo el dibujo rectangular de las casetas de baño contrasta con los volúmenes redondeados de las figuras, reducidas, mucho más de lo que es habitual en Prendergast, a formas geométricas. Las cálidas verticales de los bañistas y de las casetas se oponen al mar y al cielo, ejecutados mediante pinceladas horizontales de colores fríos, con algunos toques más cálidos distribuidos por su superficie.
El lienzo La playa de St. Malo fue probablemente uno de los dos cuadros que, con ocasión de la muestra de The Eight celebrada en 1908 en la Macbeth's Gallery, se expusieron con el título Playa, St. Malo. Al menos once de las diecisiete obras con las que participó el artista eran escenas de St. Malo. Prendergast, el miembro más radical del grupo, fue el que mayores críticas cosechó. Arthur Hoeber, comentarista de arte para el Globe, escribió en tono sarcástico: «Maurice Prendergast envía casi una veintena de lienzos de modesto tamaño, llenos de manchas de color, con mucha gente principalmente en la playa de la ciudad francesa de St. Malo, obviamente un lugar en el que el sol brilla de una extraña manera, donde el color queda maravillosamente realzado, donde a la gente no le preocupa cómo se la dibuja y coloca en un cuadro, y donde todo es una amalgama de pigmentos desordenados, como no se ven en ninguna otra parte. Colgados en grupo, estos lienzos del Sr. Prendergast son lo más parecido a una explosión en una fábrica de pinturas». La mordacidad de Hoeber no sólo refleja la diatriba de Ruskin contra Whistler por «arrojar un bote de pintura a la cara de los espectadores» sino que anticipa la crítica que se hizo al Desnudo bajando la escalera n.º 2 de Marcel Duchamp, que se expuso en 1913 en el Armory Show, y que se calificó de «explosión en una fábrica de tablillas». Otro crítico despreció la obra de Prendergast considerándola «fruto de la mucha sidra que se bebe en la ciudad bretona de St. Malo [...] manchas de pintura sobre el lienzo sin armonía de color ni de tono».
El cuadro La playa de St. Malo se había fechado anteriormente en 1909. Las obras de St. Malo que Prendergast pintó durante este período, incluidas las acuarelas consideradas de 1909, se han fechado hacia 1907 en el catalogue raisonné de la obra del artista, publicado en 1990.
Kenneth W. Maddox