El concierto
Mattia Preti, nacido en Taverna, Calabria, es uno de los pintores más sobresalientes de la escuela napolitana de la segunda mitad del siglo XVII. Conocido con el apodo de «Il Cavalier Calabrese», el escritor Bernardo de Dominici lo incluyó en su obra Vite dei pittori, scultori ed architetti napoletani, una de las fuentes a las que hay que recurrir para su biografía. Se trasladó a Roma junto con su hermano Gregorio hacia 1628. Allí aparece mencionado por primera vez en la Academia de San Lucas en 1632, inscribiéndose como pintor, junto con Gregorio, un año después. En 1636 ambos vivían en el barrio de San Biagio a Montecitorio.
Este Concierto está datado en la etapa juvenil del artista, que coincide con su estancia en Roma en los años treinta de esa centuria. En el lienzo se aprecia la huella indirecta de Caravaggio pese a que está ejecutado en unas fechas en las que el movimiento caravaggista ya no tenía en Roma el vigor de las décadas anteriores. En la composición, de formato apaisado, Preti coloca, alrededor de una mesa, tres figuras sentadas que destacan sobre un fondo neutro muy oscuro. El lienzo forma parte de un grupo de pinturas de características similares en las que los personajes, ataviados con ropas delicadas y fuertemente modelados por la luz, se distraen jugando a las cartas, a los dados o bien tocando instrumentos musicales o cantando, como sucede en esta tela. El tema y la interpretación que hace Preti de él se han relacionado con los del extenso grupo de artistas holandeses, franceses y flamencos residentes en Roma en el siglo XVII. Pero además de estos pintores hay que recordar a Bartolomeo Manfredi, un destacado seguidor de Caravaggio, especializado en temas de jugadores de cartas y soldadesca, que fue quien popularizó estos asuntos más aún que el propio maestro.
El concierto pertenece a un conjunto de obras afines entre las que se encuentran La partida de naipes, en una colección privada de Nápoles; La partida de damas del Ashmolean Museum, de Oxford; y el Concierto con tres figuras del Ermitage, de San Petersburgo. Preti, en todas ellas, usó un formato horizontal y sentó en torno a una mesa a tres figuras, dos masculinas a los lados y una femenina en el centro. Los personajes llevan trajes vistosos donde no faltan los sombreros o los cascos de las armaduras decorados con grandes y llamativas plumas. Una excepción en esta temática tratada por Preti se encuentra en el lienzo de formato vertical, conservado en el Palazzo Comunale de Alba, en el que el artista rompió la estructura de estas reuniones informales, agrupando a una muchacha y dos niños, con partituras en la mano, cantando alrededor del instrumento musical. Este óleo pertenece también a una etapa temprana del artista.
El concierto del Museo Thyssen-Bornemisza está iluminado con un claroscuro que deja grandes zonas de la tela en la oscuridad, incluyéndose en esta penumbra partes tan expresivas como son los rostros y las manos. A través de este claroscuro intuimos cómo el personaje con el violín y el arco dirige su mirada hacia el espectador.
Publicado por primera vez por Nicolson en 1979, fue catalogado en un principio como obra realizada con ayuda del taller. En 1983, Young rechazó este juicio y consideró el óleo totalmente autógrafo. Spike, sin embargo, vio en el lienzo la colaboración de los dos hermanos que, en esos años, compartían estudio en Roma. Esta colaboración se basa en la diferencia de pincelada y de construcción que Spike observó entre el violinista y las otras dos figuras, atribuyendo el personaje del músico, por su carácter más compacto, a Gregorio Preti, y los otros dos, a Mattia. Contini, que no comparte este juicio, apuntó precisamente a la figura del violinista como modelo para las obras conservadas en el Ashmolean de Oxford y en el Ermitage de San Petersburgo. Sin embargo, pese a los comentarios que la obra ha suscitado entre la crítica especializada, la tesis de este Concierto como obra autógrafa se ha visto reafirmada en la exposición monográfica dedicada al pintor en el Museo Capodimonte de Nápoles, en 1999, en la que nuestro lienzo pudo ser estudiado junto a otros de las mismas fechas y características.
El concierto ingresó en la colección Thyssen-Bornemisza en 1977, formando parte del grupo de pinturas depositadas en Daylesford House, que fue la residencia de los barones Thyssen-Bornemisza en Gran Bretaña. De esta pintura se conoce una copia que estuvo en el mercado de arte londinense en 1960.
Mar Borobia