La Natividad y otros temas de la infancia de Cristo
hacia 1330
Temple y oro sobre tabla.
17,2 x 19,7 cm
Colección Thyssen-Bornemisza, en depósito en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC)
Nº INV.
321
(1979.63
)
No Expuesta
Planta segunda
Colección permanente
Planta primera
Colección permanente
Planta baja
Colección Carmen Thyssen y salas de exposiciones temporales
Planta -1
Sala de exposiciones temporales, salón de actos y taller EducaThyssen
Esta tabla, que formó parte de la colección británica Dixon, fue adquirida por el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza en 1979. Pese a sus pequeñas dimensiones, el artista organiza el espacio logrando instalar en él, con
cierta amplitud, cuatro episodios de la infancia de Cristo: La Natividad, El baño del Niño, El anuncio a los pastores y La llegada de los Reyes Magos. La pintura, como muchas otras de las
que, en esta Colección, componen el grupo de los primitivos italianos, formó parte de un conjunto más ambicioso, en este caso desmembrado antes de 1819. Concretamente, esta obra fue una de las imágenes de un tríptico cuya
tabla central estaba ordenada, según la reconstrucción propuesta por Miklós Boskovits, con cuatro escenas y con dos cada una de sus alas laterales. De este conjunto se han conseguido identificar varias pinturas:
La Presentación en el templo y El Santo Entierro, ambas en la Gemäldegalerie de Berlín; La Resurrección y Noli me tangere, propiedad de la Cassa di Risparmio di Rimini en
depósito permanente en el Museo della Città, y, por último, La Natividad de la Virgen, registrada en 1917 en la colección berlinesa de Richard von Kaufmann.
En todas las diminutas escenas vinculadas al conjunto son evidentes las analogías, como las que encontramos en los nimbos, con grandes círculos concéntricos, o las concernientes a los fondos, dorados y trabajados con los mismos motivos vegetales. Más evidentes resultan en el tratamiento del sucinto paisaje que enmarca esta escena y la del Santo Entierro. El escalonamiento de las rocosas colinas se repite en ambas composiciones, al igual que los ligeros y sencillos arbolitos plantados en ellas. Así mismo, la esquemática vegetación que brota en el primer término del Santo Entierro encuentra su equivalente en nuestra Natividad. La pintura fue publicada como un trabajo de Pietro da Rimini en el catálogo de la subasta de la colección Dixon, de donde también procedía la tabla con La Resurrección y Noli me tangere. La datación del trabajo se debe a una propuesta de Boskovits, que detectó una serie de analogías entre la tabla con La Presentación en el templo, del mismo conjunto que nuestra pintura, en Berlín, y los frescos de Santa Maria in Porto Fuori en Rávena.
Para la iconografía de esta tabla, Pietro da Rimini siguió pautas bizantinas. Así, la Virgen permanece recostada sobre un colchón con el Niño en sus piernas, mientras un ausente san José, sentado en el suelo en actitud piadosa, alza la mirada hacia ellos. A su lado, las dos parteras, Zelomi y Salomé, bañan al recién nacido en una rústica cubeta de madera, tema este que, por razones doctrinarias y compositivas, desapareció en el siglo XV. Los tres Reyes Magos, a caballo, se colocan a la izquierda cerrando la composición. La última escena es El anuncio a los pastores, que tiene lugar en las montañas. Aunque Pietro da Rimini se sirve de los modelos tradicionales y emplea un fondo de oro, las innovaciones que introduce, llenas de naturalidad, son indudables; entre ellas, el lenguaje de gestos que se establece entre la Virgen, Jesús y Melchor, así como entre este último rey y Gaspar y Baltasar.
Mar Borobia
En todas las diminutas escenas vinculadas al conjunto son evidentes las analogías, como las que encontramos en los nimbos, con grandes círculos concéntricos, o las concernientes a los fondos, dorados y trabajados con los mismos motivos vegetales. Más evidentes resultan en el tratamiento del sucinto paisaje que enmarca esta escena y la del Santo Entierro. El escalonamiento de las rocosas colinas se repite en ambas composiciones, al igual que los ligeros y sencillos arbolitos plantados en ellas. Así mismo, la esquemática vegetación que brota en el primer término del Santo Entierro encuentra su equivalente en nuestra Natividad. La pintura fue publicada como un trabajo de Pietro da Rimini en el catálogo de la subasta de la colección Dixon, de donde también procedía la tabla con La Resurrección y Noli me tangere. La datación del trabajo se debe a una propuesta de Boskovits, que detectó una serie de analogías entre la tabla con La Presentación en el templo, del mismo conjunto que nuestra pintura, en Berlín, y los frescos de Santa Maria in Porto Fuori en Rávena.
Para la iconografía de esta tabla, Pietro da Rimini siguió pautas bizantinas. Así, la Virgen permanece recostada sobre un colchón con el Niño en sus piernas, mientras un ausente san José, sentado en el suelo en actitud piadosa, alza la mirada hacia ellos. A su lado, las dos parteras, Zelomi y Salomé, bañan al recién nacido en una rústica cubeta de madera, tema este que, por razones doctrinarias y compositivas, desapareció en el siglo XV. Los tres Reyes Magos, a caballo, se colocan a la izquierda cerrando la composición. La última escena es El anuncio a los pastores, que tiene lugar en las montañas. Aunque Pietro da Rimini se sirve de los modelos tradicionales y emplea un fondo de oro, las innovaciones que introduce, llenas de naturalidad, son indudables; entre ellas, el lenguaje de gestos que se establece entre la Virgen, Jesús y Melchor, así como entre este último rey y Gaspar y Baltasar.
Mar Borobia