Guardia cívica
El cuadro Guardia cívica de Hubert Robert es una obra excepcional y muy poco habitual en un artista conocido fundamentalmente por sus paisajes de Italia o del campo francés. Cuando Robert llegó a Italia a finales de noviembre de 1754 para estudiar en la Accademia di Francia en Roma, se comentó de él que era «un joven artista al que le interesa la arquitectura»; al principio su fascinación por los monumentos de la Roma clásica y moderna creció bajo la tutela de Giovanni Paolo Pannini (1692/93-1765) y de Giovanni Battista Piranesi (1720-1778). Robert suscitó ante todo el interés de coleccionistas y críticos de arte por sus pinturas y dibujos de los monumentos famosos de Roma, que a menudo desplazaba de su localización real y combinaba a su antojo en composiciones totalmente imaginarias o caprichosas. Cuando Robert regresó a Francia a finales del verano de 1765, tras haber vivido y trabajado en Roma durante once años, las representaciones de vistas arquitectónicas francesas y los paisajes de su tierra natal fueron adquiriendo cada vez más importancia en su obra. Uno de los primeros ejemplos de su interés por estos temas es un dibujo a la sanguina del claustro de un monasterio gótico francés, fechado en 1765, que en realidad no es la representación de un monumento real, sino la de un edificio gótico inventado por el artista. A partir de ese momento, el paisaje y la arquitectura de Francia, y en particular de París, aparecen ocasionalmente como tema de las pinturas y dibujos de Robert, al que de vez en cuando le atrae la arquitectura francesa de finales del Gótico o del Renacimiento.
Sin embargo, es excepcional que el artista incluya figuras ataviadas con trajes de la época, como lo hace en la obra que comentamos. Los tres hombres lucen la vestimenta propia de la década de 1630: el personaje de la izquierda lleva una casaca amarilla con mangas acuchilladas, una gran valona de encaje, un fajín rojo anudado a la espalda y un elegante sombrero con pluma. Los dos de la derecha visten versiones más sobrias de este mismo atuendo, que parece inspirado con bastante fidelidad en las representaciones de la ropa que se llevaba en los Países Bajos, en Gran Bretaña y en Francia en la década de 1630, aunque no se ha podido identificar la fuente en la que Robert se inspiró.
Tampoco se sabe por qué a Robert le interesó esta época histórica, que en Francia coincide aproximadamente con la regencia de María de Médicis, que ésta asumió hasta la mayoría de edad del rey Luis XIII, quien accedió al trono en 1610. En Francia fue una época de conflictos con Austria y España, y no hay ninguna razón que explique por qué a Robert le atrajo precisamente este momento histórico. En cuanto al tema del cuadro de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, el otro título por el que se le conoce, La llegada de los emisarios, refleja más elocuentemente la expresión del rostro y los ademanes de los tres hombres. El personaje de la izquierda, ricamente ataviado, en pie con postura arrogante y entrecejo fruncido, extiende el brazo izquierdo señalando las tropas que pasan a lo lejos y más abajo (apenas se divisan las puntas de sus lanzas), mientras que los dos hombres de la derecha tienen expresión afligida, y la figura de la casaca marrón aprieta los puños como en ademán de súplica. Al parecer ha ocurrido un desastre militar de graves consecuencias, y este acontecimiento trágico contrasta vivamente con la vista del fondo, un bucólico paisaje en la lejanía, que queda enmarcado por el arco de piedra. Un destartalado farol cuelga del centro del arco como para reforzar la impresión de que se ha producido una catástrofe, al mismo tiempo que llama la atención del espectador sobre las diminutas figuras de un cazador y su perro que se dirigen a paso vivo hacia el bosque. Uno se siente tentado a suponer que en Guardia cívica, Robert nos ofrece una alegoría de las miserias de la guerra y de las ventajas de la paz, aunque sus obras pocas veces hacen referencia a planteamientos políticos o filosóficos concretos.
Dado que la obra que aquí se comenta está sin fechar y es un tema tan poco común en el arte de Robert, resulta difícil situarlo en su producción; sin embargo, la hipótesis de François Pupil, que sugiere que esta obra se ejecutó hacia 1780-1785, resulta convincente. Por esa época los pintores franceses, en particular los de temas costumbristas, solían introducir en sus obras referencias al arte septentrional del siglo XVII.
El cuadro Guardia cívica de Robert es una obra totalmente insólita en la producción del artista y un ejemplo temprano del estilo «trovador».
Victor Carlson