Vista del río Vecht, con un embarcadero, pescadores y el Castillo de Nijenrode en la lejanía
El río Vecht desciende de izquierda a derecha llenando el primer plano con sus aguas. Altos árboles se elevan en la orilla izquierda. Varias figuras, ataviadas con ropa de alegre colorido, arrastran su barco de pesca atracándolo en la misma orilla. Redes de pesca flotan en la superficie del agua mientras que, en el primer plano, vemos unos patos. Seis figuras y dos vacas se agolpan dentro de una barcaza, apenas silueteada, que se mueve gracias a la ayuda de pértigas a través del río. En un segundo plano, un barco de vela con sus velas desplegadas se adentra poco a poco en una ensenada. A lo lejos se divisa el contorno del castillo de Nijenrode, con varias torres elevándose en el cielo, así como otros barcos de vela. Un cielo azul repleto de nubes completa la escena.
La representación de paisajes fluviales fugando diagonalmente, con grandes árboles extendiendo sus ramas sobre las aguas, barcazas repletas en lugar preeminente de la composición y un castillo o, a menudo, una iglesia en la lejanía, constituía una de las escenas favoritas de Salomon van Ruysdael. El tema proviene de la pintura de Jan Brueghel el Viejo y Esaias van de Velde; no obstante, Salomon le concedió una mayor amplitud que la mayoría de los grandes paisajistas de su época. Particularmente a partir de 1645 aproximadamente, varió repetidamente la composición básica que observamos en la presente obra. No en vano, su creatividad a la hora de explorar todas las variaciones y permutaciones de estas escenas fue tal que nunca parecen meras fórmulas. Todo lo contrario, en cada caso nos sorprende su individualidad naturalista y eminentemente plausible. Pese a que Salomon frecuentemente se tomaba libertades creativas en sus composiciones y pocas veces realizó paisajes topográficamente exactos, pintó lugares todavía hoy reconocibles. A diferencia de Jan van Goyen y otros, no nos ha dejado dibujos que den fe de sus excursiones para hacer bocetos; no obstante, sus propias pinturas son justa prueba de extensos viajes. Ruysdael pintó a lo largo de su carrera Alkmaar, Amersfoort, Amsterdam, Deventer, Dordrecht, Egmond, Haarlem, La Haya, Naarden, Rhenen, Scheveningen, Spaarndam, Utrecht, Valkenburgh, Weesp, Zandvoort, e incluso en una ocasión, Bruselas. Asimismo, mostró especial entusiasmo por los castillos, reflejando en sus lienzos, entre otros, los de Liesvelt, Egmond y Nijenrode. La forma peculiar de este último, al parecer, atrajo especialmente su atención. Aparece, por ejemplo, en la obra de características similares Paisaje fluvial con barcaza transportando una manada de vacas, fechada en 1649 (La Haya, Dienst Verspreide Rijkskollecties), así como en la pintura del mismo tema, fechada en 1650, de la Staatsgalerie de Aschaffenburg. Sin embargo, Salomon ejecutó también variaciones de esta composición emplazada en otros lugares, como, por ejemplo, Paisaje fluvial con barcaza y Alkmaar a lo lejos, fechada en 1657.
La fecha de la presente obra se leyó erróneamente como «1643» cuando se encontraba en la Galerie Charles Sedelmeyer, en París, en 1901, y cuando perteneció a la colección de Maurice Kann, en 1911, pero fue rectificada a su actual datación por Stechow (conservada en la subasta de Christie's, Londres, de 1999). Como otras pinturas realizadas por Salomon van Ruysdael en fecha tardía, muestra la factura pictórica abierta y el rico colorido (nótese una vez más las encendidas ropas de las figuras y el cielo brillante), que caracteriza la última manera del artista. Stechow compara particularmente el cuadro que aquí se comenta con un paisaje fluvial con vista del castillo Nijenrode, sin fecha, que estuvo en posesión del marchante londinense, Edward Speelman en los años sesenta, datado, según el autor, en el mismo período que el de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
Peter C. Sutton