Vista de Greenock en Escocia
A su llegada a Boston en 1828 el artista inglés Robert Salmon se convertiría en el más prestigioso pintor de marinas, ejerciendo una notable influencia en los pintores luministas americanos, en especial en Fitz Henry Lane. Antes de su traslado a América, Salmon había residido en el puerto escocés de Greenock, donde, en 1816, pintó este paisaje perteneciente a la colección Thyssen-Bornemisza. Esta ciudad portuaria, situada al este de Glasgow, junto al río Clyde, era un lugar de gran belleza, lleno de atractivos para turistas y artistas. En primer término, delante del paisaje panorámico, aparece una bucólica escena de género que representa un grupo de lavanderas trabajando en sus faenas cotidianas en medio de un claro del camino. Como telón de fondo, la ciudad de Greenock, que está representada con una minuciosidad propia de un miniaturista, con sus chimeneas humeantes y varios barcos amarrados a puerto o con las velas desplegadas navegando en medio del estuario.
Como sostiene John Wilmerding, el estilo cristalino de esta Vista De Greenock en Escocia, la delicada iluminación y el cuidado por los detalles, entronca tanto con la tradición de la pintura holandesa de paisaje del siglo XVII como con el estilo caligráfico de las vedute de Canaletto tan en boga en Inglaterra desde mediados del siglo XVIII. Salmon combina el ojo de topógrafo y el nítido dominio del dibujo, propio de un vedutista, con las formas admirables de las nubes y los efectos atmosféricos de la pintura holandesa, al tiempo que los árboles que enmarcan el paisaje lo vinculan con Claudio de Lorena.
Paloma Alarcó