Casas junto al río. La ciudad vieja
1914
Óleo sobre lienzo.
100 x 120,5 cm
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid
Nº INV.
739
(1978.81
)
No expuesta
Casas junto al río pertenece a un extenso conjunto de paisajes urbanos realizados por Egon Schiele a lo largo de su carrera. Durante mucho tiempo estuvo erróneamente identificado como una vista urbana de Wachau, la localidad de la baja Austria en donde Schiele pintó en varias ocasiones, pero posteriormente se ha demostrado que en realidad se trata de Krumau, una pequeña población de Bohemia a orillas del río Moldava (hoy Cesky´ Krumlov, República Checa). Desde que en el verano de 1910 Schiele la visitó con sus amigos Anton Peschka y Ervin Osense, decidió que esta localidad, donde había nacido su madre, era una perfecta vía de escape de la agitada Viena. En 1911 se instaló allí de forma permanente con su modelo Wally Neuzil, y sus calles estrechas, la geometría de sus edificios y sus construcciones medievales pronto se convirtieron en uno de sus motivos pictóricos preferidos. Sin embargo, esa relación idílica no duró mucho tiempo. Su estilo de vida bohemio y libertino le trajo al artista serios problemas en la provinciana y conservadora Krumau y acabó siendo expulsado de su casa. Al trasladarse a Neulengbach, a las afueras de Viena, continuaron las acusaciones sobre su persona y en 1912 fue encarcelado durante veinticuatro días, acusado de inmoralidad pública.
Como la mayoría de los paisajes urbanos de Schiele, esta composición carece de perspectiva y está concebida como un friso plano que en ocasiones se ha puesto en relación con las vidrieras o las miniaturas góticas, que, al igual que a sus contemporáneos los expresionistas alemanes, tanto fascinaban al pintor. Al comparar la imagen del cuadro con las construcciones actuales comprobamos que la pintura no reproduce con demasiada fidelidad la secuencia de edificios alineados junto al río, y el artista se toma determinadas licencias, como la modificación de las proporciones de los tejados o la inserción de una torre inexistente. Por otra parte, la imagen de esta ciudad desierta, fantasmal, sin ningún atisbo de presencia humana, otorga a la composición un aire melancólico no exento de cierta ansiedad, esa ansiedad que tan bien sabía plasmar el artista en sus retratos. En este sentido, Kimberly A. Smith considera que los paisajes de Schiele son metáforas del ser humano o «elegías melancólicas que muestran de forma muy evidente su fascinación por la muerte».
El primer propietario del cuadro fue el coleccionista vienés Franz Hauer a quien Schiele, al igual que Kokoschka, retrató en 1914, el mismo año en que está fechado. En 1965 fue donado por Mr. y Mrs. Mortimer M.Denker a The Solomon R.Guggenheim Museum de Nueva York y entró en la colección Thyssen-Bornemisza en 1978.
Paloma Alarcó
Como la mayoría de los paisajes urbanos de Schiele, esta composición carece de perspectiva y está concebida como un friso plano que en ocasiones se ha puesto en relación con las vidrieras o las miniaturas góticas, que, al igual que a sus contemporáneos los expresionistas alemanes, tanto fascinaban al pintor. Al comparar la imagen del cuadro con las construcciones actuales comprobamos que la pintura no reproduce con demasiada fidelidad la secuencia de edificios alineados junto al río, y el artista se toma determinadas licencias, como la modificación de las proporciones de los tejados o la inserción de una torre inexistente. Por otra parte, la imagen de esta ciudad desierta, fantasmal, sin ningún atisbo de presencia humana, otorga a la composición un aire melancólico no exento de cierta ansiedad, esa ansiedad que tan bien sabía plasmar el artista en sus retratos. En este sentido, Kimberly A. Smith considera que los paisajes de Schiele son metáforas del ser humano o «elegías melancólicas que muestran de forma muy evidente su fascinación por la muerte».
El primer propietario del cuadro fue el coleccionista vienés Franz Hauer a quien Schiele, al igual que Kokoschka, retrató en 1914, el mismo año en que está fechado. En 1965 fue donado por Mr. y Mrs. Mortimer M.Denker a The Solomon R.Guggenheim Museum de Nueva York y entró en la colección Thyssen-Bornemisza en 1978.
Paloma Alarcó