Karl Schmidt-Rottluff realizó este Paisaje de otoño en Oldenburg durante su primera estancia estival en la localidad costera de Dangast en 1907, donde desde entonces pasaría largas temporadas. Acompañado por Erich Heckel, que como Schmidt-Rottluff era miembro del grupo expresionista Die Brücke (El Puente), ansiaba encontrar una Arcadia lejos de la ciudad de Dresde, donde pasaba el resto del año.

El paisaje que encontró en este paraje del Mar del Norte colmó sus expectativas y dio lugar a una actividad febril. Las obras que resultaron de esta época, de cortos y sueltos trazos de intensos colores, están aún relacionadas con la admiración que todos los artistas de Die Brücke sintieron por Van Gogh durante la primera etapa del grupo, pero se alejan de este por la libertad anárquica con que se aplica la empastada pincelada.

MRA

En el verano de 1907 Karl Schmidt-Rottluff viajó a la localidad de Dangast en la región de Oldenburg, en el Mar del Norte. Nada más llegar se apresuró a escribir a su amigo Erich Heckel para animarle a seguir sus pasos: «La región es fantástica, todo está pidiendo ser pintado». Ambos artistas viajaron a este lugar durante varios años y allí pintaron al aire libre sus paisajes más memorables del periodo expresionista. Por regla general los artistas de Die Brücke salían cada verano de Dresde hacia lugares remotos o hacia los cercanos lagos de Moritzburg. Desde 1903, Nolde pasaba los veranos en Alsen, una pequeña localidad del Báltico, donde recibió la visita de Schmidt-Rottluff en 1906. Kirchner encontró su paraíso en la isla de Fehmarn, situada también en el Báltico, entre Alemania y Dinamarca, y Pechstein, por su parte, se trasladaría a la alejada Nidden.

Karl Schmidt-Rottluff viajaría a Dangast todos los veranos desde 1907 hasta 1912, y Heckel le visitaría cada año hasta 1910, en que le acompañó Pechstein. Como ha apuntado Peter Vergo, lo que pretendían estos jóvenes artistas, más que buscar lugares remotos donde hallar «nuevos y emocionantes temas pictóricos», era emular el gesto de Gauguin de «dar la espalda a la civilización» y a «las ataduras de los valores burgueses».

Paisaje de otoño en Oldenburg, pintado en 1907, durante la primera estancia de Schmidt-Rottluff en Dangast, está estilísticamente muy cercano a La fábrica de ladrillos de Heckel, su compañero de viaje, también perteneciente a la colección del Museo Thyssen-Bornemisza. Ambas obras muestran una misma influencia de la pintura de Van Gogh y son testimonio de la homogeneidad de estilo que caracterizó los primeros años del grupo Die Brücke. La densa factura, de pinceladas sueltas y agitadas, y la utilización de colores brillantes aplicados directamente, casi sin mezclar, creando contrastes muy acentuados, nos remiten a los paisajes del pintor holandés. Pero además, en el caso de Schmidt-Rottluff, habría que añadir la influencia de la pintura plenairista francesa que se revela en el interés del pintor por captar los efectos de luz de la atmósfera cambiante. El mismo título de la obra, que alude a una estación concreta del año, viene a confirmar esta deuda.

En este paisaje, que representa una pequeña propiedad rural, se puede ver muy claramente cómo Schmidt-Rottluff construye el espacio a través del color. La utilización de una paleta reducida a unos pocos colores básicos —verde, amarillo, rojo y azul— confiere a la composición un intenso impacto emocional y resalta las cualidades del pintor como un gran colorista. Erich Heckel, en una carta enviada a Peter Selz en 1952, reconocía: «Resulta difícil determinar lo que cada uno de nosotros aportó a los demás en lo que se refiere a estímulos, porque todo era recíproco, y con frecuencia común [...], pero lo que está claro es que Schmidt-Rottluff aportó el color encendido y puro de Chemnitz».

Paloma Alarcó

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