El pintor y fotógrafo de origen lituano Ben Shahn, dotado de una gran conciencia social, dedicó la mayor parte de su producción artística a expresar sus inquietudes políticas y sociales, situado en el ala izquierdista del realismo de la denominada American Scene.
Obreros franceses, una pintura que se enmarca dentro de esta corriente, es una impactante imagen de varios obreros con las manos en alto en señal de protesta. Están situados delante de un anuncio con el decreto oficial del Gobierno colaboracionista de Vichy del 4 de septiembre de 1942, por el que Francia ponía al proletariado galo a disposición de la industria bélica alemana mediante el «servicio de trabajo obligatorio». Shahn, un artista judío, siempre se mostró dispuesto a objetar las políticas de Hitler y al tiempo denunciar las similitudes con ciertos comportamientos de la vida americana. Es muy revelador que la imagen de esta pintura fuera editada como cartel por la Office of War Information (OWI) con una frase sobreimpresa en la que se leía: «We French workers warn you... / defeat means slavery, starvation, death» («Nosotros los obreros franceses os prevenimos... la derrota supone esclavitud, hambruna, muerte»).
El personaje situado en primer plano en el centro de la composición adopta un mayor protagonismo y es el único que nos muestra sus rasgos faciales. El resto, un abigarrado grupo, es una mera masa anónima. El artista ha puesto todo el énfasis de la escena en los brazos en alto de los obreros como señal de protesta, en actitudes que remiten a algunas obras picassianas, y en las manos exageradamente engrandecidas para hacer hincapié en el trabajo manual. La preocupación por las labores propias del proletariado, que habían alcanzado una gran relevancia en Norteamérica a raíz del New Deal, produjo la proliferación de imágenes dedicadas a la clase obrera en las artes plásticas, quizás motivada por la creencia de que el arte y los artistas podían ayudar a mejorar su situación. El propio Shahn escribió: «Mi credo es que el esfuerzo del artista por mantener su integridad ofrece la firmeza moral que necesita nuestro país».
Paloma Alarcó