Representante destacado del expresionismo abstracto americano, el pintor Clyfford Still comenzó su camino en el arte de manera autodidacta en unas obras que plasmaban sus impresiones del paisaje canadiense en el que creció desde los seis años. Estudió brevemente en la Art Students League de Nueva York en 1925, y desde 1933 hasta 1941 asistió, primero como alumno y luego como profesor, al Washington State College. A pesar de que en 1934 defendió una tesis sobre Paul Cézanne, pronto decidió abandonar toda referencia a la tradición artística europea, siendo uno de los primeros artistas norteamericanos en llegar a la abstracción. En sus obras, en principio cargadas de referencias alegóricas clásicas, poco a poco ganaron protagonismo unas composiciones a base de grandes planos. Con este proceso, que tuvo lugar a finales de la década de 1930, se anticipó al resto de artistas de su generación, que por esas épocas aún trabajaban en obras figurativas conectadas con el surrealismo.

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, Still se instaló en Nueva York. Gracias a Mark Rothko, al que había conocido en 1943 y que se había convertido en buen amigo suyo, conoció a Peggy Guggenheim, que un año después presentó su obra en su galería Art of This Century. En los años que siguieron Still conoció a otros artistas vinculados al expresionismo abstracto, expuso en la Betty Parsons Gallery y su obra se hizo más abstracta. Los títulos fueron sustituidos por números para evitar cualquier interpretación, y su interés por la verticalidad, que ya se había manifestado con anterioridad, se hizo aún más evidente en unos lienzos de grandes formatos bañados por manchas de colores contrastados. Sin embargo, fue precisamente en este momento en el que Still comenzó a volverse muy crítico con el mundo del arte. Se aisló cada vez más y en ocasiones evitó que su obra fuese expuesta o incluso vendida. Finalmente, en 1961, se instaló en una granja de Maryland, donde pasó el resto de su vida.

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