Bernhard Strigel
Memmingen, 1460-1528
Se formó, muy probablemente, en el taller familiar, en la ciudad de Memmingen. La relación entre nuestro pintor y Hans Strigel, el Joven se encuentra todavía sin resolver, aunque se cree que éste pudo haber sido su tío o su padre. Gracias a una inscripción en el reverso, sabemos que el autor del Retrato de Johannes Cuspinian fue Strigel y que pintó esta obra en Viena, en 1520, a la edad de sesenta años. Tras este descubrimiento y su publicación, Bode identificó a Bernhard Strigel con el denominado Maestro de la Colección Hirscher.
En sus primeras obras se observa la huella de Hans Strigel, aunque los motivos de nuestro pintor derivan, en muchos casos, de los grabados de Schongauer y del foco de Ulm, el centro artístico más importante del sur de Alemania en esa época. Trabajó con Bartholomäus Zeitblom en la iglesia de la abadía de Blaubeuren. Ambos artistas estuvieron durante esos años influidos por el arte neerlandés, Zeitblom especialmente por Rogier van der Weyden y Strigel por Dieric Bouts. Un claro ejemplo de esto último lo encontramos en el retablo de La Adoración de los Magos, del Memmingen Stadtmuseum. Una de sus obras más sobresalientes es el altar de la Virgen, realizado para el monasterio de Salem, actualmente en el Salem Schloss, que, por la monumentalidad de los objetos y su disposición en el espacio, refleja su conocimiento de la obra de Durero. El emperador Maximiliano I fue su mecenas más importante y en 1515 lo llamó a Viena para realizar los retratos del enlace Habsburgo-Jagellon. En sus últimas pinturas se evidencia la estela de Hans Holbein y de la Escuela del Danubio.
Bernhard Strigel fue un gran dibujante que destacó, además, por su innovador uso de los rojos y blancos, con los que consiguió maravillosos reflejos en su obra sobre papel. Un buen ejemplo de esta técnica lo apreciamos en Las santas Catalina y Dorotea, de la Galleria dell’Accademia, en Venecia. Fue uno de los maestros más importantes del periodo de transición entre el mundo gótico y el Renacimiento. Murió en su ciudad natal en 1528.
En sus primeras obras se observa la huella de Hans Strigel, aunque los motivos de nuestro pintor derivan, en muchos casos, de los grabados de Schongauer y del foco de Ulm, el centro artístico más importante del sur de Alemania en esa época. Trabajó con Bartholomäus Zeitblom en la iglesia de la abadía de Blaubeuren. Ambos artistas estuvieron durante esos años influidos por el arte neerlandés, Zeitblom especialmente por Rogier van der Weyden y Strigel por Dieric Bouts. Un claro ejemplo de esto último lo encontramos en el retablo de La Adoración de los Magos, del Memmingen Stadtmuseum. Una de sus obras más sobresalientes es el altar de la Virgen, realizado para el monasterio de Salem, actualmente en el Salem Schloss, que, por la monumentalidad de los objetos y su disposición en el espacio, refleja su conocimiento de la obra de Durero. El emperador Maximiliano I fue su mecenas más importante y en 1515 lo llamó a Viena para realizar los retratos del enlace Habsburgo-Jagellon. En sus últimas pinturas se evidencia la estela de Hans Holbein y de la Escuela del Danubio.
Bernhard Strigel fue un gran dibujante que destacó, además, por su innovador uso de los rojos y blancos, con los que consiguió maravillosos reflejos en su obra sobre papel. Un buen ejemplo de esta técnica lo apreciamos en Las santas Catalina y Dorotea, de la Galleria dell’Accademia, en Venecia. Fue uno de los maestros más importantes del periodo de transición entre el mundo gótico y el Renacimiento. Murió en su ciudad natal en 1528.