Santa Cecilia
Bernardo Strozzi fue una figura influyente en la pintura italiana de principios del siglo XVII, y especialmente en Génova en la primera mitad de la centuria. Formado en su ciudad natal, con Pietro Sorri, ingresó en 1598 en el convento capuchino de San Barnaba, que abandonó por motivos familiares en 1610, dedicándose a la pintura. Sus primeras obras revelan un conocimiento del manierismo toscano, así como de los pintores Francesco Vanni y Federico Barocci, cuyas obras pudo estudiar directamente en Génova. A estos nombres la crítica ha añadido además los de Cerano, Morazzone, Giulio Cesare Procaccini y Caravaggio, cuyo naturalismo se hará patente en la década de 1620, momento en el que su paleta dio un giro hacia colores más cálidos y vivos y en el que la fuente fue Rubens y los pintores flamencos que trabajaron en su ciudad natal. De Bernardo Strozzi se conserva una gran producción cuya cronología ha sido difícil de organizar por los pocos trabajos que fechó. Strozzi se dedicó sobre todo a la pintura de historia, fundamentalmente religiosa, a las escenas de género y al retrato.
Santa Cecilia entró en 1959 en la colección Thyssen-Bornemisza. El lienzo, en 1957, estaba en Nueva York, en la French Company, pasando después a la colección suiza Mirto Turri y a la galería Fasciani Escher de Lugano. El óleo ha figurado en las publicaciones de la colección Thyssen-Bornemisza desde 1969 hasta 2002 como obra original del artista, estatus que Roberto Contini, tras un detallado análisis de la obra, consideró prudente cambiar asignándolo al taller. A esta conclusión contribuyó un examen minucioso de la técnica y del estilo del cuadro, así como una valoración de las distintas versiones que de esta pintura se conocen. Entre ellas, la de mayor calidad, vista como el prototipo, es la del Nelson Atkins Museum of Art de Kansas City. Como versión de taller se estima también la del Museo Civico de Rovereto y como copia, la del Narodowe Muzeum en Wroclaw. La santa se ha emparejado con el extraordinario óleo del Wadsworth Atheneum Museum de Hartford, donde se representa a Santa Catalina de Alejandría en una composición similar y cuyo modelo femenino es bastante parecido al que Strozzi utilizó para santa Cecilia.
A la santa de este óleo la identificamos por los instrumentos musicales que la rodean y que forman parte del repertorio de sus atributos: los tubos de un órgano a la izquierda, la parte inferior de un cello o de un laúd donde apoya la mano con la palma del martirio y el violín, en el suelo a la derecha, en la base de una de las inmensas columnas que se usan como fondo. La figura atrae la atención del espectador por la construcción, la textura y los colores con los que se organiza su generoso y amplio traje. Los blancos del cuello, de las mangas de la camisa y del cinturón resaltan sobre un rosa palo, usado en las telas de los brazos y del cuerpo y sobre el azul claro de su holgada falda. La luz, procedente de un enérgico foco a la izquierda, ilumina intensamente a esta joven construyendo geométricamente los amplios planos de las ropas y dejando con una cierta indefinición rasgos de su rostro.
Mar Borobia