La muerte acechando a su familia
El año 1927 marca el inicio de la obra más madura y personal de Yves Tanguy. Durante ese año, el pintor, de formación autodidacta, se vincula al grupo surrealista y expone por primera vez sus obras en la Galerie Surreáliste de París, presentado por André Breton, en la que se exhibe este paisaje onírico titulado La muerte acechando a su familia. La pintura representa una playa sobre la que aparece una serie de formas biomórficas y un cadáver en descomposición junto a una construcción que podría aludir a los dólmenes de Bretaña. El pintor, que durante un tiempo experimentó con los dibujos automáticos, ha logrado aunar de manera impecable en este lienzo el automatismo psíquico propio de los surrealistas, valiéndose de una técnica al óleo muy diluida, y la precisión realista con la que están realizados los distintos objetos, que nos habla de su devoción por la belle peinture. Las formas flotantes tienen una relación evidente con las de Miró de los años centrales de la década de 1920, mientras que la organización espacial del paisaje marino se corresponde con el estilo metafísico de De Chirico. Como en otros cuadros del mismo periodo, este misterioso título está sacado del Traité de métapsychique, de Charles Richet, dedicado a los fenómenos parapsicológicos.
En la información sobre la procedencia del cuadro que aparecía en el catálogo de la exposición de Tanguy celebrada en Baden-Baden en 1982 se mencionaba que la obra perteneció por un tiempo a Nancy Cunard. De ser cierto, la adquisición debió realizarse con motivo de la exposición de Tanguy en 1927, cuando la escritora, amante entonces de Louis Aragon, visitó la muestra. Como es bien sabido, en su casa de Normandía, Le Puits Carré, Cunard guardaba una colección de obras de Picasso, Tanguy y De Chirico, junto a numerosas esculturas africanas.
Paloma Alarcó