La Virgen con el Niño
La Virgen con el Niño procede de la colección romana Sciarra-Colonna, donde fue vista por Crowe y Cavalcaselle, quienes la recogieron en su estudio sobre Tiziano de 1877. La pintura permaneció en esta colección hasta 1874, fecha en la que el conde de Cowper la adquirió en la capital italiana. Durante los años que permaneció en la colección inglesa de Cowper, se prestó para dos exposiciones organizadas por la Royal Academy de Londres: una, la muestra de invierno, celebrada en 1881, y la segunda, entre 1894 y 1895, dedicada al arte veneciano. Ya en el siglo XX, y junto a otros bienes de la colección de Cowper, fue vendida por los albaceas de lady Desborough. La subasta tuvo lugar el 16 de octubre de 1953 y estuvo organizada por Christie’s. Compró la obra la casa londinense Agnews Sons Ltd., donde fue adquirida, en 1956, por el barón Thyssen-Bornemisza. Esta pintura de Tiziano, tras las dos exposiciones de Londres celebradas a finales del siglo XIX, desapareció de la bibliografía del pintor hasta mediados del siglo XX, coincidiendo con su ingreso en la colección Thyssen-Bornemisza. Ese mismo año de su adquisición fue incluida por Wilhelm Suida en una Miscellanea dedicada al maestro.
Tanto la autoría de la pintura como la fecha de su ejecución han sido discutidas. Suida la consideró una obra autógrafa y la fechó hacia 1525-1530. Bernard Berenson no la incluyó en su listado de 1957; en cambio, Philip Hendy, en 1964, comentó el óleo en su estudio sobre algunas pinturas italianas del Renacimiento en la colección Thyssen- Bornemisza, estimándola obra de Tiziano, pero más tardía, de hacia 1540. La obra también fue un original del maestro veneciano para Rodolfo Pallucchini, en 1969, al igual que para Harold E. Wethey, que la calificó de difícil de juzgar por los repintes que presentaba en aquel momento. Sin embargo, Fritz Heinemann, en 1980, la encuadró por su estilo, algo aniñado, dentro del repertorio de Orazio Vecellio, hijo y colaborador del artista. Por su parte, Roberto Longhi la valoró como una obra genuina de Tiziano en un comentario que hizo sobre ella el año de su adquisición.
La pintura, como señaló Hendy, es la más pequeña de formato dentro de la producción del maestro veneciano. Tiziano utilizó unos cortinajes verdes de fondo para presentarnos a una Virgen que abraza emotivamente a Jesús. En la pintura llama poderosamente la atención el cromatismo empleado; el artista seleccionó pocos colores para construir las figuras y el fondo, ocupando éstos extensas superficies. El verde intenso de los cortinones contrasta con la gran mancha azul del manto de María, que se extiende con amplitud cubriendo el asiento. Verde y azul se rompen con el vibrante carmín de su túnica. La posición de la Virgen evoca la del Descanso en la huida a Egipto, del marqués de Bath, y la del Niño, la del lienzo conservado en la Alte Pinakothek de Múnich. Un grabado de Niccolò Boldrini, con Venus y Cupido, recuerda la composición de este grupo. La pintura fue fotografiada por Brown, en 1898, cuando estuvo en Inglaterra.
Mar Borobia