La matanza de los inocentes
Lucas van Valckenborch I, perteneció a una familia de pintores que desarrollaron parte de su actividad en el siglo XVI. Destacó como retratista y pintor de paisajes y en sus obras combina el estilo flamenco, con puntos de vista elevados, con la observación directa de la naturaleza. Para realizar la tabla que nos ocupa, el artista se inspiró en una obra de Pieter Bruegel conservada en la colección real británica con el mismo tema; así trasladó algunos motivos literalmente de la pintura de su antecesor, como las casas del lado derecho. Van Valckenborch utiliza un camino situado en el centro de la composición para introducir al espectador en la escena y dotar así de mayor profundidad a la obra. La acción no se sitúa en Belén, sino en una localidad de los Países Bajos, algo habitual en su producción.
Una de las fuentes de inspiración que Lucas van Valckenborch utilizó en sus trabajos fueron los paisajes de Pieter Bruegel, que supo transformar y a los que añadió unos tonos elegantes y delicados. En la producción de Valckenborch I vamos a encontrar sobre todo paisajes, pero también retratos y escenas de carácter alegórico. La primera noticia que se tiene de Valckenborch I se produce en Malinas, en cuyo gremio aparece inscrito en 1560; después está documentado en Lieja y en Aquisgrán en 1566, y entre 1574 y 1575 en Amberes. Cuatro años más tarde entró al servicio del archiduque Matías, gobernador de los Países Bajos, para el que trabajó hasta 1582. Para el archiduque pintó, entre otros asuntos, una serie de gran formato con los meses del año de los que un grupo de cinco se conserva en el Kunsthistorisches Museum de Viena.
La matanza de los inocentes es un episodio de la infancia de Cristo que tuvo lugar después de la huida a Egipto. El tema se encuentra descrito sólo en el Evangelio de san Mateo y en ese pasaje nos cuenta que Herodes, irritado por la actitud de los Reyes Magos, mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en sus términos, para asegurarse así que el futuro Rey de los Judíos no sobreviviría. A estos niños sacrificados se los considera los primeros mártires.
Valckenborch I ha trasladado el episodio bíblico a un contexto en el que los personajes y el escenario nos remiten a la pintura de género. Esta matanza de los inocentes se produce en un pueblo de los Países Bajos que simboliza la ciudad de Belén y cuyos habitantes son las víctimas del infanticidio. Valckenborch I ha organizado su pintura con un punto de vista alto y ha trazado en el centro de la tabla un camino con recodos que nos adentra en los últimos planos de la pintura.
A los lados de la vereda central ha instalado varias filas de casas y ha aprovechado los espacios entre ellas para insertar pequeñas y duras escenas donde los soldados arrancan con crueldad a los niños de los brazos de sus madres. La ambientación del suceso, que tiene lugar en la nieve, se ha relacionado con el pintor Pieter Bruegel, que trató el tema y cuya mejor versión se conserva en la colección real británica. Valckenborch I extrae de Pieter Bruegel elementos como los árboles y las edificaciones del lado derecho de la tabla; también se inspiran en la pintura de Bruegel personajes concretos, como el soldado que golpea la puerta o el que decide introducirse en una de las casas por la ventana.
La matanza de los inocentes, desde su adquisición en 1956, estuvo considerada como una obra original del pintor. Sin embargo, Ebbinge-Wubben indicó la posibilidad de que las figuras fueran de Gillis Mostaert, artista con el que además coincide la forma de organizar el paisaje. Faggin, por su parte, hizo hincapié en las iniciales que tiene la obra y creyó que no eran autógrafas. Gaskell, dada la afición que había entre los artistas del siglo XVI de hacer copias y versiones de otros artistas y a la dificultad para interpretar algunos de los elementos de la composición, prefirió integrarla dentro del repertorio de Valckenborch I con interrogación.
Mar Borobia