Jardín doméstico en la Kazernestraat, La Haya
Un espléndido día de primavera con los árboles en flor, detrás de la tapia de un jardín urbano... No es este un motivo de los que los entendidos en arte suelen asociar con la obra de Jan Hendrik Weissenbruch.
De su obra conservada, son más característicos los paisajes atmosféricos de los pólderes, con sus pesadas masas de nubes sobre la resplandeciente superficie del agua, pintados con gran virtuosismo en el uso del pincel, ya sea a la acuarela o al óleo. Aunque Weissenbruch siempre puso el acento en el paisaje -como él mismo solía decir, hablando con el cerrado acento típico de La Haya: «La naturaleza... la naturaleza es mi maestra»-, también le sirvió de fuente de inspiración el pintoresco entorno de su casa-taller en la Kazernestraat 112 de La Haya. Según decía el propio artista, le gustaba dar largos paseos por la ciudad de La Haya y sus alrededores: «Cuando veía algún rinconcito bonito, una playa bonita, unos canales hermosos o un cielo sugerente, o cuando me sentaba encima de una duna para mirar el mar, me absorbía la belleza, la naturaleza. A veces, la naturaleza me impresionaba y, bajo esa emoción, podía dibujar y pintar aquello que estaba viendo, o que había visto. Lo reflejaba con unos pocos trazos».
Entre las distintas vistas urbanas de La Haya, son conocidos un pequeño panel llamado El mercado de pescado de La Haya (Museo Municipal de La Haya), y otro titulado Vista sobre la Kazernestraat, la calle donde estaba la casa natal de Weissenbruch, que no abandonó en toda su vida. El jardín trasero que sirvió como tema para esta pintura, estuvo probablemente entre la calle Kazernestraat y las villas residenciales de Lange Voorhout. El artista volvió a pintarlo más de una vez. En la colección del Museo Boijmans-Van Beuningen de Rotterdam, encontramos una versión vertical del rincón izquierdo del jardín durante los primeros meses del año. También la variante conservada en el Stedelijk Museum de Amsterdam, y una acuarela de una colección privada, muestran este jardín en un sombrío día de otoño. Jardin trasero de la Kazernestraat, La Haya, no sólo se diferencia de las demás versiones por las condiciones climatológicas y la época del año, sino también por la ausencia de ropa blanca. Siguiendo el ejemplo de su predecesor del siglo XVII, Jacob van Ruisdael, Weissenbruch utilizaba la ropa blanca como fuente de luz, como también utilizó en otras de sus obras elementos como fachadas, molinos, velas o nenúfares por sus intensos acentos blancos. En el cuadro que comentamos aquí, las flores blancas sirven de fuente de luz, pero, ante todo, destaca sobre el fondo oscuro la blusa blanca de la mujer con la sombrilla.
La obra de Weissenbruch es difícil de fechar, ya que acostumbraba a trabajar sobre obras antiguas. Sólo llevan fecha las pinturas y acuarelas realizadas por el artista al comienzo de su carrera, y las que hizo en los últimos años antes de su muerte. Es posible que Jardin trasero de la Kazernestraat, La Haya sea posterior a 1870. La intensa animación del cuadro nos hace pensar en fechas tempranas; en cambio, la soltura del trazo y la forma de pintar la hierba sugieren una fecha más bien tardía. Es incluso posible que el cuadro sea el mismo que envió Weissenbruch en 1890 a la Exposición de Maestros Vivos de La Haya, con el título Día de primavera.
Marjan van Heteren