Retrato de un hombre de treinta años
Este lienzo ha sido objeto de numerosos estudios y opiniones referentes a su autoría y a la identidad del retratado. El óleo estuvo atribuido a Hans Wertinger hasta que Christian Salm, en 1969, lo adscribió a un pintor del círculo de Wertinger. A pesar de las inscripciones que aparecen en la parte superior de la obra, no se conoce la identidad del protagonista, aunque se le ha relacionado con un retrato de Guillermo IV de Baviera, perteneciente a la Alte Pinakothek de Múnich, aunque el parecido entre ambas efigies es escaso. El personaje de nuestra obra aparece representado de tres cuartos sobre un fondo verde en el que se dibuja su figura. Viste de forma muy sobria y elegante, aunque destacan algunos detalles menos austeros en el sombrero y en la empuñadura de su espada, que aparece en la parte inferior. Su rostro bien modelado es, sin embargo, de rasgos severos. Justo encima de su cabeza, el artista ha situado una corona con ocho llamas y las iniciales “W” y “V”, que podrían hacer referencia a la identidad de este personaje anónimo.
El retrato de este caballero, sin identificar pese a la información adicional que se facilita en las inscripciones, se incorporó a la Colección en 1929. Es una de las pocas obras adquiridas antes de 1930 sobre cuya compra se dispone de información.
Buchner, en un informe fechado el 15 de noviembre de 1929, conservado en el archivo de la Colección y redactado con posterioridad a la adquisición de la pintura, atribuyó el óleo al pintor de corte Hans Wertinger, considerándolo un trabajo interesante. En dicho informe, Buchner identificó al retratado con el duque Guillermo IV de Baviera y, para establecer la atribución, comparó la obra con un retrato de Wertinger conservado en el Ferdinandmuseum de Innsbruck y datado en 1526. Con esta identidad y como obra autógrafa, la pintura fue publicada en los catálogos de la colección de 1930 y 1937.
En los años siguientes, tanto la identidad del personaje como la atribución fueron cuestionadas, siendo Karl Feuchtmayr, en 1942, el primero en poner en duda la autoría de Wertinger. Christian Salm, en el catálogo de la Colección de 1969, publicó la obra como el retrato de un hombre de treinta años perteneciente al círculo de Hans Wertinger, cambio de identidad para el que, entre otros motivos, argumentó que el representado no vestía con la dignidad propia de su rango. En la Alte Pinakothek de Múnich se conserva un retrato de Wertinger, fechado en 1526, donde se representa a Guillermo IV de Baviera. Formando parte de un díptico junto con el de su esposa, Maria Javobaea de Baden, este retrato presenta al duque luciendo ropas regias, con un espléndido collar adornando su pecho; el parecido que se aprecia entre nuestra imagen y esta de Múnich es, además, escaso. Guillermo IV, hijo mayor del duque Alberto IV de Baviera y de la hermana de Maximiliano I, Kunigunda de Austria, nació el 13 de noviembre de 1493 en Múnich y murió el 7 de marzo de 1550; en 1525, fecha en la que se pinta nuestro retrato, tenía treinta dos años.
Nuestro modelo, sobre un fondo verde, redondeado en su parte superior, viste con distinción. El negro riguroso de su amplio sombrero y de su ropa se anima con una camisa blanca, con bandas horizontales, que asoma por sus mangas acuchilladas; en el sombrero luce unos pocos detalles, bastante discretos, que rompen también la severidad del color. Sobresaliendo por el borde inferior se detectan las empuñaduras de una espada, a la derecha, y de una daga, a la izquierda. El rostro del personaje está bien modelado, aunque algunos de sus rasgos resultan un poco duros. El artista, coincidiendo con el centro de la tabla, pintó, justo encima de la cabeza, una corona de ocho llamas con las iniciales «W» y «V» debajo, en rojo y blanco; tal vez este detalle sea una de las claves que sirvan para poder identificar al personaje.
Mar Borobia