Rosa y oro: la napolitana
Carmen Rossi, la modelo de este pequeño retrato, era una muchacha italiana que posó para Whistler cuando era niña y, más tarde, en la década de 1890, se convertiría en su modelo favorita. Además de ser retratada en esta pintura del Museo Thyssen-Bornemisza, la joven también aparece en Nota carmesí: Carmen y en Armonía en rosa y verde: Carmen. Como puede deducirse de sus títulos, Whistler subordinaba la personalidad de la modelo a los efectos compositivos y cromáticos. En el caso de Rosa y oro: la napolitana, el título lo adopta de la gargantilla dorada de la joven y del color rosado de su traje o del dorado rojizo del marco, diseñado por el propio Whistler. El artista, que concebía su obra en términos de efectismo decorativo e impacto visual, escribía al respecto: «Una pintura bella debe ser mostrada de forma bella [...] debe ser colgada de manera que se pueda ver bien, con el suficiente espacio de pared a su alrededor, en una estancia bella por su color, por la escultura colocada adecuadamente y por el mobiliario y la decoración armoniosa».
Sería precisamente Whistler quien, en 1898, ayudaría a esta napolitana a organizar la apertura de la Académie Carmen, situada en el passage Stanislas, en París. En esta escuela de arte, que permaneció activa hasta 1901, el pintor impartiría sus enseñanzas junto al escultor Frederick MacMonnies y su presencia atrajo a numerosos alumnos americanos e ingleses, como Carl Frieseke, Gwen John, Inez Bate y Clifford Addams.
Paloma Alarcó