El arco iris, otoño, Catskill
A diferencia de muchos de los pintores relacionados con la Escuela del río Hudson, Worthington Whittredge se formó en Europa con artistas asociados a la Academia de Düsseldorf, Alemania. Sobre su evolución artística influyeron Andreas Achenbach, Carl Friedrich Lessing y Johann Schirmer. Cuando en 1859 Whittredge regresó a América, se dio perfectamente cuenta de las diferencias existentes entre el paisajismo del Viejo Mundo y el norteamericano. Poco después de llegar a Nueva York visitó la New York Historical Society y comprobó que los paisajes de los pintores norteamericanos de prestigio, en particular las obras de Asher B. Durand, diferían de los modelos europeos sobre los que se había construido su arte. Y el paisaje norteamericano real, como pronto redescubrió durante una excursión a los Catskills para hacer apuntes, era también muy distinto de la naturaleza que había conocido en Europa. «El bosque era una masa de troncos en descomposición y de broza enmarañada; ningún aldeano recogía aquellos restos de ramas caídas para quemarlas en sus miserables chozas; no había bosques bien cuidados; nada sino bosques primigenios con su solemne silencio que reinaba por doquier». Whittredge se dio cuenta de que, si quería triunfar como pintor norteamericano, tenía que «producir algo nuevo y que pudiera pretender que se había inspirado en el entorno de mi tierra». En la valoración que en 1867 hizo del artista Henry T. Tuckerman, el más prestigioso crítico de arte norteamericano de mediados del siglo XIX, éste reconocía que, al volver a descubrir las cualidades únicas del paisaje norteamericano, el artista había encontrado su tema distintivo: «Worthington es un artista progresivo; junto con la habilidad, adquirió algunos manierismos de la escuela de Düsseldorf; pero el constante y amoroso estudio de la naturaleza, desde que regresó del extranjero, ha modificado esta costumbre; es más original y aplica sus dotes con un sentimiento más profundo; conscientemente consagrado a su arte, por fidelidad viril a las sencillas verdades de la naturaleza, ninguno de nuestros pintores se ha distinguido de manera más permanente que Worthington Whittredge».
Tras viajar en 1867-1870 por el oeste de Estados Unidos, donde se quedó impresionado por la inmensidad de sus llanuras, Whittredge se dedicó de nuevo a pintar el paisaje de Nueva Inglaterra y la región neoyorquina de Catskills. En sus interiores de bosque fue adoptando gradualmente un estilo más suelto, a la manera de Barbizon, buscando plasmar el ambiente y las cualidades tonales de los paisajes de bosque. Se dio cuenta de que los Catskills ofrecían una variedad de escenarios de «peculiares características» que no se encuentran en otras regiones. Esta cualidad la encontramos en El arco iris, otoño, Catskills, una serena escena de bosque en la que los tonos del otoño se intensifican tras un chaparrón. Por debajo de un arco iris que se abre paso por entre las nubes, se ven unos ánades reales sobre la tranquila superficie del río. John Ferguson Weir escribió en 1876 que los interiores de bosque de Whittredge, que son «sueltos, libres, abocetados, exentos de todo lo que suponga rigidez y formalismo», ponen de manifiesto «una sutil concordancia con las sugestivas y evanescentes cualidades del paisaje».
Whittredge utiliza ya en 1864, en el cuadro titulado Estanque con patos, el motivo de las aves acuáticas en el centro del primer plano de la composición. Por otra parte, el artista fechó en 1901 una versión casi exacta pero de mayores dimensiones de El arco iris, otoño, Catskills que se titula Arco iris. Aunque algunos autores sostienen que este cuadro se expuso en la National Academy of Design en 1875 con el número 445 y el título Después de la lluvia, no existen datos que lo avalen. En realidad, el tratamiento somero, abocetado, de El arco iris, otoño, Catskills -cuyo título aparece inscrito en el reverso del lienzo- sugiere una fecha dentro de la década de 1880, período en el que Whittredge regresó frecuentemente a sus composiciones de bosques del decenio anterior.
Kenneth W. Maddox