Piazza Navona, Roma
Vanvitelli forma parte del grupo de pintores procedentes del norte de Europa que trabajaron en Roma a finales del siglo XVII y principios del XVIII. En esta vista de la Piazza Navona describe algunos de los proyectos arquitectónicos más destacados de la remodelación llevada a cabo por el papa Inocencio X. A la izquierda, las reconstrucciones del palacio de la familia Pamphili y de la iglesia de Sant'Agnese in Agone de Borromini, frente a la cual, y en el centro de la composición, se halla la fuente de Los cuatro ríos de Bernini. Vanvitelli con su pintura hizo una descripción de la ciudad moderna. Sus paisajes urbanos son fruto de parámetros racionales de la visión y de la construcción regular de la perspectiva, tal y como se aprecia en los numerosos dibujos preparatorios que se conservan.
EA
De los paisajistas holandeses y flamencos que trabajaron en Roma en distintas épocas de finales del siglo XVII y principios del XVIII, el más destacado es Caspar van Wittel. Su peculiar innovación consistió en consolidar la atención a la ciudad moderna en un tipo de paisaje que se conoce como veduta en lugar de centrarse, como habían hecho sus antecesores, en las ruinas de la Antigüedad clásica. El grabado ejerció un papel fundamental en esta evolución, en particular en lo que se refiere a la representación panorámica de los emplazamientos urbanos.
Tras recibir formación en el taller de Matthias Withoos en Amersfoort, Van Wittel fue a Roma; hay documentación de su estancia ya en 1675. Parece ser que sobre él influyó la obra del grabador flamenco Lievin Cruyl, que en 1667 publicó dos conjuntos de vistas romanas, que suponían un total de cincuenta planchas. Colaboró con el ingeniero hidráulico Cornelis Meyer, facilitando los modelos para tres grabados de plazas romanas que se incluyeron en una de las publicaciones de Meyer (1683 y 1685). Posteriormente, a partir de 1680, Van Wittel ejecutó varias vistas romanas al temple, en particular de plazas de la ciudad. Su primera obra conocida de la Piazza Navona es una témpera fechada en 1688 (colección de la familia Colonna, Roma). Además de centrarse en la ciudad moderna, Van Wittel representó sus vistas urbanas según los principios racionales de la visión y la construcción regular de la perspectiva. Podemos apreciar esto en varios dibujos preparatorios de grandes dimensiones que han llegado hasta nuestros días, que recalcan las ortogonales y un sistema reticular que garantiza la regularidad de la proporción y la recesión. Un dibujo preparatorio de este tipo de la Piazza Navona (pluma, tinta sepia y aguada gris), que incluye retícula y armazón de perspectiva, se conserva en la Biblioteca Nazionale de Roma. Desde luego Van Wittel no trabajaba de manera aislada. Un lienzo de Antoon Goubau, pintado en Amberes en 1680 (Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Amberes) representa la Piazza Navona desde un punto de vista muy parecido al de la composición de Van Wittel. En un documento prácticamente contemporáneo, se menciona que al parecer Van Wittel había enviado dibujos de Roma al que había sido su maestro, Matthias Withoos, los cuales sin duda se habían divulgado ampliamente por los Países Bajos antes de que el propio artista los pasara a pinturas o grabados. Gommarus Wouters grabó la composición Piazza Navona de Van Wittel, que no se publicó en Roma hasta 1693.
El texto que acompaña el grabado de Wouters menciona la importancia para los especialistas en antigüedades de la plaza (que repite la forma del Circo Agonalis de Domiciano y se levanta en el emplazamiento que éste había ocupado) y de su remodelación por el papa Inocencio X Pamphili (m. 1655), que hizo de la plaza el centro de su mecenazgo artístico y, por lo tanto, la transformó. Al elegir este punto de vista, Van Wittel da especial importancia a los tres proyectos arquitectónicos más relevantes de Inocencio X: la reconstrucción del palacio de la familia Pamphilij realizada por Girolamo Rainaldi (el edificio de la izquierda), la reconstrucción de la iglesia de Sant'Agnese in Agone, que llevó a cabo Borromini (en el centro a la izquierda) y la fuente de Los cuatro ríos de Gianlorenzo Bernini que se ve en el centro, delante de la iglesia, coronada por un obelisco.
Es posible que el grabado de Wouters tuviera el efecto de dar publicidad al tema, fomentando el deseo de obtener versiones pintadas del mismo. El lienzo que aquí comentamos es, con mucho, el más conocido. Data de 1699, año en el que al parecer Van Wittel fue a Nápoles invitado por el virrey español, el duque de Medinaceli, y allí estuvo dos años. La inscripción «ROMA» delante de la fecha sugiere que lo pintó antes de su marcha. Posteriormente ejecutó dos versiones más pequeñas, fechadas una en 1715 (Colección Chinni, Roma) y otra en 1720 (colección particular, Milán).
Aunque la obra de los pintores holandeses y flamencos de vedute se fundamenta en su tradición paisajista y la de los artistas italianos contemporáneos y sus sucesores se basa profundamente en la práctica de los decorados teatrales, el hecho de que haya un lienzo de Canaletto que reproduce casi exactamente el grabado hecho por Wouters a partir de la composición de la Piazza Navona de Van Wittel (en la colección de Sir Arundell Neave, Bart., Wexford, Irlanda, la última vez que se supo de él) sugiere que el gran artista veneciano estudió y adaptó la obra de su antecesor holandés.
Ivan Gaskell