Giovanni Bellini
Formado en Venecia en el taller de su padre Jacopo, junto con su hermano Gentile, está documentado ayudando a su progenitor en la década de 1460. Su primer trabajo importante como artista independiente fue el Políptico de san Vicente Ferrer para la iglesia de Santi Giovanni e Paolo. En la década de 1470 realizó numerosas obras destinadas al culto público y privado, y en 1479 le fue encomendado un ciclo de pinturas históricas para decorar el Palazzo Ducale, pinturas que se destruyeron en el incendio de 1577. Sólo existen pruebas documentales de un viaje a Las Marcas, en los años setenta, para realizar el encargo de La Coronación de la Virgen del Museo Civico de Pesaro. Bellini fue miembro de varias cofradías como la Scuola Grande di San Marco y la de San Cristoforo dei Mercanti. Cultivó la pintura religiosa, el retrato y la pintura mitológica, que incorporó a su repertorio a partir de su etapa de madurez. Entre sus primeros trabajos, ejecutados entre 1460 y 1470, se encuentran La Oración en el Huerto, de la National Gallery de Londres, donde se detecta una fuerte dependencia de su cuñado Mantegna, y La Piedad, de la Pinacoteca di Brera, Milán. De su plenitud artística, que se ha establecido entre 1470 y 1500, tenemos en el Museo Civico de Pesaro el Retablo de san Giobbe, en la Galleria dell’Accademia de Venecia La Madonna degli Alberetti, el Tríptico dei Frari en la iglesia veneciana de Santa Maria dei Frari y el Retrato del dux Leonardo Loredan en la National Gallery de Londres. Entre sus últimos trabajos, datados ya en el siglo XVI y hasta la fecha de su muerte, están el Retablo de san Zacarías, en la iglesia del mismo nombre en Venecia, y El festín de los dioses, hoy en la National Gallery de Washington. Giovanni Bellini introdujo nuevos repertorios iconográficos en la pintura veneciana, así como una serie de novedades que afectaron a la forma de representar temas tradicionales. Su forma de pintar, basada en el color y la luz, fue asimilada y difundida por la siguiente generación de artistas. Asimismo, fue un excepcional dibujante y algunas de sus obras en este campo, aunque de autoría discutida, se han considerado bocetos preparatorios de sus pinturas más conocidas, como el Retrato de un hombre de la Christ Church Picture Gallery en Oxford. Disfrutó de una larga vida, según Vasari falleció a la edad de noventa años, y además de su genialidad como pintor destacó por su temperamento cordial.