Eugène Delacroix
Charenton-Saint-Maurice, 1798-París, 1863
Hijo de un político, Charles Delacroix, y de Victoire Oeben, hija de un célebre ebanista. Eugène se crió en un ambiente selecto y culto, rodeado de familiares y amistades influyentes.
Su educación artística comenzó, en 1815, en el taller de Pierre Guérin, donde coincidió brevemente con Gericault, al que siempre profesó una gran admiración, un poco más tarde ingresó en la Academia de Bellas Artes. En estos años solía visitar las galerías del Louvre donde copiaba las telas de Rafael, Tiziano, Veronés y Rubens. En 1819 recibió su primer encargo, La Virgen con el Niño, ejecutado para la iglesia parisina de Orcemont. En 1822, participó por primera vez en el Salon, en el que continuó exponiendo hasta 1859. La obra que presentó, La barca de Dante, Musée du Louvre, gozó de gran éxito y le situó entre las grandes figuras del Romanticismo. En 1825 viajó a Inglaterra, donde conoció las colecciones británicas, la obra literaria de Byron y Scott, las representaciones teatrales de Shakespeare y el Fausto de Goethe. Su obra Grecia entre las ruinas de Missolonghi, del Museo de Bellas Artes de Burdeos, sobre la guerra de independencia griega, es un homenaje a Byron.
En el Salon de 1831 presentó su conocidísima La Libertad guiando al pueblo, hoy en el Musée du Louvre, una representación alegórica de la Revolución de julio de 1830, que nuevamente causó gran sensación. Desde enero a julio de 1832, Delacroix formó parte de la delegación enviada por el gobierno francés ante el sultán de Marruecos; durante el viaje, que incluyó también España y Argelia, el artista realizó numerosos dibujos y anotaciones que le sirvieron para sus composiciones posteriores.
Delacroix dedicó los años de madurez a la pintura decorativa. En 1834 comenzó su primer encargo: la decoración de la Sala del Rey, en el Palacio de los Borbones, hoy Asamblea Nacional, París. A partir de 1850, su trabajo se concentró en las pinturas murales del Hôtel de Ville y en la capilla de los Ángeles en Saint-Sulpice, ambos en París. Una laringitis crónica le obligó hasta su muerte a pasar largas temporadas fuera de la ciudad y a interrumpir sus actividades profesionales.
Su educación artística comenzó, en 1815, en el taller de Pierre Guérin, donde coincidió brevemente con Gericault, al que siempre profesó una gran admiración, un poco más tarde ingresó en la Academia de Bellas Artes. En estos años solía visitar las galerías del Louvre donde copiaba las telas de Rafael, Tiziano, Veronés y Rubens. En 1819 recibió su primer encargo, La Virgen con el Niño, ejecutado para la iglesia parisina de Orcemont. En 1822, participó por primera vez en el Salon, en el que continuó exponiendo hasta 1859. La obra que presentó, La barca de Dante, Musée du Louvre, gozó de gran éxito y le situó entre las grandes figuras del Romanticismo. En 1825 viajó a Inglaterra, donde conoció las colecciones británicas, la obra literaria de Byron y Scott, las representaciones teatrales de Shakespeare y el Fausto de Goethe. Su obra Grecia entre las ruinas de Missolonghi, del Museo de Bellas Artes de Burdeos, sobre la guerra de independencia griega, es un homenaje a Byron.
En el Salon de 1831 presentó su conocidísima La Libertad guiando al pueblo, hoy en el Musée du Louvre, una representación alegórica de la Revolución de julio de 1830, que nuevamente causó gran sensación. Desde enero a julio de 1832, Delacroix formó parte de la delegación enviada por el gobierno francés ante el sultán de Marruecos; durante el viaje, que incluyó también España y Argelia, el artista realizó numerosos dibujos y anotaciones que le sirvieron para sus composiciones posteriores.
Delacroix dedicó los años de madurez a la pintura decorativa. En 1834 comenzó su primer encargo: la decoración de la Sala del Rey, en el Palacio de los Borbones, hoy Asamblea Nacional, París. A partir de 1850, su trabajo se concentró en las pinturas murales del Hôtel de Ville y en la capilla de los Ángeles en Saint-Sulpice, ambos en París. Una laringitis crónica le obligó hasta su muerte a pasar largas temporadas fuera de la ciudad y a interrumpir sus actividades profesionales.