Henri Eugène Le Sidaner comenzó su carrera hacia 1880 como aprendiz de Alexandre Cabanel en la École des Beaux-Arts de París. No tardó en quedar prendado de la bulliciosa vida artística parisina, llamándole particularmente la atención las obras de los impresionistas y los posimpresionistas. Al cabo de unos meses, agobiado por el ambiente académico, el pintor decidió de repente trasladarse a Étaples, un pueblecito próximo al paso de Calais, donde terminó de formarse por su cuenta. Alejado de las principales corrientes artísticas que por aquella época florecían en la capital, Le Sidaner pintó básicamente paisajes septentrionales poblados de humildes personajes, adoptando un estilo que recuerda por una parte el naturalismo de Corot y por otra la inmediatez de los impresionistas. Sin embargo, sus ambientes poéticos están impregnados de un sentimentalismo íntimo y personal. En 1887 el pintor expuso en el Salon des Artistes Français y, a partir de 1892, en la Société Nationale des Beaux-Arts. Desde 1892 hasta 1894, Le Sidaner viajó por Holanda y por Italia; posteriormente regresó a París, donde frecuentó los círculos simbolistas y trabó amistad con Henri Martin y con Ernest Laurent. Por esas fechas el artista había dado un giro a su lenguaje, adoptando una fórmula más clásica a la hora de plasmar sus melancólicos ambientes. En la fase anterior había representado con frecuencia mujeres jóvenes gravitando en paisajes crepusculares; buen ejemplo de ello es la obra de 1898 titulada Domingo (Musée de Douai). Posteriormente se inclinó por escenarios íntimos sin presencia humana, ejecutados con una iluminación difusa y una gama cálida. A lo largo de su vida, el pintor recibió numerosos premios, entre otros la medalla de bronce de la Exposition Universelle de 1900. Sus obras se incluyeron en numerosas galerías particulares (París, Galerie George Petit) y en diversas exposiciones organizadas en Europa y en Estados Unidos. A lo largo de su carrera, Le Sidaner hizo innumerables viajes (a Venecia, Londres, etc.), fue refinando su técnica y finalmente se trasladó a Versalles, donde falleció en 1939.

Dominique Lora

Obras