Christian Schad
Miesbach, 1894-Stuttgart, 1982
Christian Schad ha pasado a la posteridad como retratista de la sociedad alemana de la época de entreguerras. Su estilo, cercano a lo que se llamó Neue Sachlichkeit (nueva objetividad), creó unas representaciones ligadas al sentir de su época. Desde niño recibió de su familia una rica formación cultural y artística que fomentó su interés por la pintura y la música. Abandonó el bachillerato antes de finalizarlo y se matriculó en la Akademie der Bildenden Künste de Múnich en 1913, donde apenas permanecería un semestre. Tras dejar la escuela, se instaló en el barrio artístico de Schwabing y realizó sus primeras xilografías de estilo expresionista, en las que denunciaba el modo de vida burgués, que se publicaron en revistas como Die Aktion y Die Weissen Blätter.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, obtuvo un parte médico que le liberaba del servicio militar, y se trasladó a Zurich donde viviría hasta 1920. Allí entró en contacto con los círculos dadaístas y comenzó a experimentar con la técnica del collage y con sus schadografías, fotografías realizadas sin cámara, que obtenía al imprimir objetos sobre papel fotosensible. Tras el fin de la guerra se trasladó a Italia, momento en el que su estilo experimentaría un giro decisivo en su carrera. El contacto con los maestros clásicos y el pesimismo en el que se vio inmerso tras el fin de la guerra hicieron que su manera de entender el arte se transformase y que comenzase a pintar de un modo más realista y sobrio, donde destacaba el carácter alienado del ser humano y su aislamiento dentro de la sociedad. Los objetos de sus bodegones serán tratados de igual manera.
Después de cinco años en Italia, pasó por Viena, para después establecerse en Berlín en 1928. Su actividad artística disminuyó cada vez más con la llegada de Hitler al poder, y sólo fue retomada en 1943, cuando se mudó a Aschaffenburg y recibió el encargo de copiar la Virgen de Stuppach de Matthias Grünewald. Allí viviría el resto de su vida. Durante los años de la segunda posguerra, evolucionó hacia el realismo mágico, y en la década de 1960 volvió a interesarse por su técnica de fotogramas.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, obtuvo un parte médico que le liberaba del servicio militar, y se trasladó a Zurich donde viviría hasta 1920. Allí entró en contacto con los círculos dadaístas y comenzó a experimentar con la técnica del collage y con sus schadografías, fotografías realizadas sin cámara, que obtenía al imprimir objetos sobre papel fotosensible. Tras el fin de la guerra se trasladó a Italia, momento en el que su estilo experimentaría un giro decisivo en su carrera. El contacto con los maestros clásicos y el pesimismo en el que se vio inmerso tras el fin de la guerra hicieron que su manera de entender el arte se transformase y que comenzase a pintar de un modo más realista y sobrio, donde destacaba el carácter alienado del ser humano y su aislamiento dentro de la sociedad. Los objetos de sus bodegones serán tratados de igual manera.
Después de cinco años en Italia, pasó por Viena, para después establecerse en Berlín en 1928. Su actividad artística disminuyó cada vez más con la llegada de Hitler al poder, y sólo fue retomada en 1943, cuando se mudó a Aschaffenburg y recibió el encargo de copiar la Virgen de Stuppach de Matthias Grünewald. Allí viviría el resto de su vida. Durante los años de la segunda posguerra, evolucionó hacia el realismo mágico, y en la década de 1960 volvió a interesarse por su técnica de fotogramas.