Escena aldeana con hombres bebiendo
Desde que esta tabla se dio a conocer en 1921 ha sido tema de estudio y de desacuerdo entre los historiadores que han profundizado en la figura de Adriaen Brouwer, especialmente durante la primera mitad del siglo XX. El óleo, atribuido a Adriaen Brouwer, salió a subasta en 1921, e ingresó en la colección Thyssen-Bornemisza en 1928, siendo adquirido a la galería de Jacques Goudstikker en Amsterdam, como obra autógrafa de Brouwer. La pintura ha figurado en todos los catálogos de la colección, hasta 1990, como pintura original, titulándose en las publicaciones más antiguas, como el catálogo de la exposición de Múnich, simplemente Paisaje, y desde el catálogo de 1969, Paisaje con campesinos bebiendo. Su actual atribución, así como el título, Escena aldeana con hombres bebiendo, se deben a Gaskell.
Esta pintura fue considerada autógrafa por Bode en tres publicaciones sucesivas al año siguiente de ser subastada; por Marlier, en el comentario que hizo en el catálogo de la exposición Le siècle de Rubens, con motivo de su participación en la muestra; y por Ebbinge-Wubben, en el catálogo de la colección Thyssen-Bornemisza de 1969. Sin embargo, fue rechazada, entre otros historiadores, por Böhmer y Gaskell. Las principales dificultades para considerar la obra como un trabajo original de Brouwer radican en el tratamiento del tema, el inusual formato del soporte en la producción del pintor, así como en las diferencias de calidad y de factura de partes tan significativas de la composición como son las figuras, las construcciones y el paisaje.
La escena tiene lugar a las afueras de una pobre y destartalada aldea, donde cuatro hombres, en un momento de ocio, se reúnen en torno a una mesa para beber al aire libre. En la composición predominan los tonos marrones y pardos con los que se elaboran las casas de la localidad, así como los árboles y los arbustos de los primeros términos. La paleta, casi monocromática, se rompe con los fuertes colores tonales de las ropas de los aldeanos, entre los que resulta especialmente llamativa la combinación del rosa y el azul, junto con el intenso pigmento base que se usa para el cielo.
Estos aldeanos bebiendo, como otros temas de Brouwer, han sido objeto de una segunda lectura, en la que estos personajes, rudos y toscos, son el nexo con el que se resaltan aspectos de la conducta humana. Este tipo de asuntos, que lleva implícito, en menor o mayor grado, las consecuencias producidas por los excesos en la bebida, tuvieron sus antecedentes más directos en representaciones del siglo XVI.
Mar Borobia