Fraile con una cruz
De Domenico Veneziano, personalidad enigmática de la primera mitad del siglo XV y uno de los pintores más significativos del Renacimiento florentino, se desconoce casi todo sobre sus primeros años y su formación. Se da por sentado que procedía de Venecia, ciudad que pudo ser su lugar de nacimiento. La primera noticia documentada que de él se tiene es una carta, fechada en 1438 en Perugia, dirigida a Piero de Médicis, en la que solicitaba trabajo. Al año siguiente de esta carta, el nombre de Domencio Veneziano aparece en otro documento donde a Piero della Francesca se le menciona como su ayudante y en la que se registra un pago por un fresco, perdido, hecho para la iglesia florentina de San Egidio. Domenico Veneziano tiene pocas obras documentadas; entre ellas destaca la Madonna Carnesecchi, en la National Gallery de Londres, considerada una pintura temprana, y el Retablo de santa Lucia dei Magnoli, cuya tabla central se encuentra en la Galleria degli Uffizi de Florencia y las escenas de su predela repartidas entre varias colecciones.
Este Fraile con una cruz procede de una colección privada italiana, ingresó en la colección Thyssen-Bornemisza antes de 1930 y se presentó en la exposición de Múnich, celebrada en la Neue Pinakothek, en ese último año. La pintura, en un artículo editado también en 1930, fue atribuida a Domenico Veneziano por Raimond van Marle y en este estudio el crítico sugirió que la figura del monje tal vez correspondía a la de un san Francisco o a la de un santo Domingo. También en su investigación comparó a nuestro fraile con el san Francisco de la tabla de los Uffizi. Esta asignación de Van Marle fue compartida por otros historiadores como Suida y Berenson. Sin embargo, Pudelko mencionó la posibilidad de que fuera el trabajo de un artista anónimo conocedor de lo que se estaba haciendo en Italia central, y Laura Bertacchi, más tarde, incluyó la pintura dentro de la producción de Pietro Ispano, en un estudio sobre el políptico de Santa Maria di Bressanoro. En cuanto a la identificación del santo, además de las propuestas de Van Marle, también se sugirió a san Felipe Benizzi, patrón de Florencia, ciudad donde nació y en la que fue miembro de la orden de los servitas. A san Felipe Benizzi se le representa con un crucifijo en la mano, un lirio, vestido con el hábito de su orden y con una tiara pontificia.
Esta pintura fue intervenida antes de la exposición de Múnich de 1930, cuando se retiraron de su superficie una serie de repintes que habían transformado la iconografía del santo para ajustarla a la de san Felipe Benizzi. La figura estaba nimbada y llevaba una rama de lirios que sostenía en su mano junto con la cruz, donde se había representado a Cristo; también se había añadido sobre su pecho un corazón.
La tabla presenta una figura que irradia una fuerte personalidad y en la que las manos, el rostro y hasta los pliegues del vestido transmiten una carga emocional a la que el pintor ha sabido añadir una intensa plasticidad. La pintura se ha fechado hacia 1445-1448.
Mar Borobia