Retrato de una mujer de veintiséis años
En esta tabla, adscrita por Isolde Lübbeke a un artista anónimo próximo al taller de Lucas Cranach, el Viejo, se representa a una mujer de pie, cuya figura resalta sobre el fondo verde, oscurecido por el paso del tiempo, y que se ajusta perfectamente al soporte alargado y estrecho. Conocemos la edad de la retratada y la fecha de ejecución de la obra, gracias a la inscripción que realizó el pintor en el ángulo superior izquierdo, sin embargo ignoramos su identidad, aunque por los anillos que luce en la mano izquierda podría fácilmente pertenecer a una familia burguesa. Para la vestimenta, el pintor utilizó colores que contrastan vivamente con el fondo. Así, para la falda y las mangas del vestido aplica el rojo, el negro para el corpiño y el blanco para las zonas cercanas al rostro, aumentando su luminosidad. La cabeza y el rostro están realizados con mucha delicadeza al igual que los ojos de esta joven, que miran a la izquierda, reflejando una luz que procede de fuera de la obra.
NH
Este retrato entró en la Colección dos años después de la exposición de Múnich, donde se presentaron por primera vez los fondos de este importante conjunto artístico. La única referencia que de momento conocemos sobre su procedencia es que estuvo en la galería Fleischmann de Múnich, en 1930, cuando participó en una muestra dedicada al retrato alemán del Renacimiento y donde figuró como obra de un maestro anónimo. Al año siguiente, Friedländer la atribuyó a Lucas Cranach, el Viejo, pero la publicó, junto con Rosenberg, como obra del Maestro de la Misa de san Gregorio. Bajo este epígrafe apareció en los catálogos siguientes de la Colección de 1937, 1958 y 1969, comentario este último que realizó Christian Salm, historiador que, en la edición de 1971, matizó sobre su autoría y la inscribió en el círculo de un artista anónimo próximo a la escuela de Cranach, el Viejo. La tabla actualmente mantiene la atribución formulada por Lübbeke, que propuso a un artista anónimo familiarizado con los métodos y con la estética de Lucas Cranach.
El pintor ha representado sobre un llamativo fondo verde oscuro a una mujer de pie, de medio cuerpo, cuyas manos rozan el borde inferior de la pintura. De más de tres cuartos, mira a un punto fijo a la izquierda, lugar de donde recibe la luz. El artista nos ha facilitado información adicional sobre esta dama, como es su edad, que aparece, junto con la fecha, en un lugar visible del ángulo superior izquierdo. Tanto la indumentaria del personaje como el conjunto de sortijas que luce en su mano izquierda, en el índice y en el anular, nos descubren a una dama que probablemente perteneció a la clase patricia o burguesa. El pintor, que ajusta al estrecho y alargado soporte el talle estilizado de la mujer, ha estudiado detenidamente los colores. Así, sobre un fondo que hoy contemplamos más oscurecido por el paso del tiempo, ha empleado el rojo para la mitad inferior de la figura, que aplica en grandes superficies como las mangas y la falda del vestido. Al rojo se superpone el negro del corpiño, mientras el blanco se ha reservado para las zonas más próximas al rostro, como son la toca que enmarca la cara y el cuello de la camisa que cubre la zona de la garganta. La cabeza está modelada con suavidad en una tonalidad clara y cálida, y en ella se ha puesto un cuidado especial en la ejecución de los ojos, en los que se reflejan los brillos que reciben de una fuente luminosa situada en el plano del espectador. Este detalle, como reseñó Lübbeke, se repite en un grupo de retratos próximos a Lucas Cranach. Lübbeke consideró que este maestro, de momento sin identificar, próximo al taller del maestro alemán y al que se ha vinculado un conjunto de retratos, es una personalidad diferente a la del maestro de la Misa de san Gregorio, más sobrio en sus composiciones y ornatos, y más contenido en la expresión de los rostros. En la órbita de este anónimo pintor del Museo Thyssen-Bornemisza se ha inscrito el retrato de una mujer de la National Gallery of Scotland.
Mar Borobia