Paisaje con puesta de sol
Aelbert Jacobsz. Cuyp se inició en la pintura en el entorno familiar; su padre, Jacob Gerritsz. Cuyp, era pintor de retratos. Aelbert, a lo largo de su carrera, pintó marinas, escenas fluviales, paisajes invernales, algunas escenas religiosas y figuras, aunque lo que le hizo célebre, especialmente entre los coleccionistas británicos del siglo XVIII, fueron sus paisajes captados con la cálida luz del atardecer. Sus primeras obras, fechadas a principios de la década de 1640, están bajo la influencia de pintores tonales como Salomon van Ruysdael o Jan van Goyen, a los que siguió para la elección de los temas y en el tratamiento de las composiciones. A lo largo de la segunda mitad de los años cuarenta, Cuyp varió el rumbo e incorporó a sus vistas montañas, rebaños con pastores y viajeros en unos caminos iluminados con las suaves y doradas luces de los atardeceres mediterráneos. El pintor, según todos los indicios, no estuvo en Italia, y la incorporación de estos elementos a sus óleos tuvo su origen en las novedades que sus colegas, que sí hicieron el viaje, llevaron a Holanda. Entre ellos se ha destacado el importante papel que representó la obra de Jan Both en la nueva concepción de sus paisajes.
Paisaje con puesta de sol es un trabajo típico donde se reúnen todos los ingredientes que dieron fama al artista. Cuyp eligió como motivo para presentar esta puesta de sol el de un vaquero situado casi en el centro de la tabla, que conduce al establo las vacas tras su jornada de trabajo. El camino, que corre en sus primeros metros casi paralelo al borde del cuadro, gira a la derecha, en un recodo, para enlazar con un rústico puente de maderos que traza una definida diagonal dividiendo la composición en dos zonas que la iluminación se encarga de acentuar. El pintor abre los oscuros primeros planos, donde la luz del sol ya se va apagando, con maleza y ramas cuyas hojas ha detallado con esmero, y que contrastan con la suavidad del colorido empleado en los últimos planos. El cielo recoge las tonalidades rosas de la puesta del sol que tiñen las cumbres de las montañas y resaltan las nubes y las ramas de los árboles situados a la derecha.
La pintura se ha comparado por sus similitudes compositivas con varios trabajos de Both, como Paisaje con un puente, que perteneció a la colección Cook de Richmond, y otros tres paisajes más conservados en la Alte Pinakothek de Múnich, en la colección Wallace en Londres y en una colección privada. También se han mencionado dos obras de Cuyp en las que experimentó con una serie de componentes similares a los de esta tabla, como son el puente con el río a la derecha, la ribera de la izquierda y el camino en el centro con un conjunto de árboles cuyas copas se recortan en el cielo; uno es la Huida a Egipto del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, y el otro una tabla de la colección de Mr. and Mrs. Edward W. Carter, en Los Ángeles.
Esta pintura perteneció a un conocido coleccionista del siglo XVIII establecido en Dordrecht, Johan van der Linden van Slingeland, que consiguió reunir más de una treintena de obras de este pintor holandés.
Mar Borobia