Atardecer de otoño
Emil Nolde pintó Atardecer de otoño en Utenwarf, en su nativa Schleswig, que se convertiría en Dinamarca después de la guerra. En esa zona Nolde había adquirido una casa en 1916 en la que pasaría largas temporadas cada año. Esta melancólica pintura, que según Peter Vergo fue realizada entre mayo y octubre de 1924, representa el paisaje llano de la zona, con sus características grandes nubes, en medio de una agitada tormenta, que le confieren un aspecto de turbadora amenaza.
Como la mayoría de sus pinturas de los años veinte, en Atardecer de otoño los colores se hacen más saturados y están cargados de connotaciones simbólicas y emotivas. Desde sus primeros pasos como pintor, Nolde había concedido una especial significación al colorido. Como escribía en su autobiografía, para él los colores «tienen vida propia, lloran o ríen, sueñan o juegan». El uso de colores vivos, aplicados en el lienzo sin mezclar, otorgaba a sus obras una significativa similitud a las experiencias expresionistas de comienzos de siglo.
Además, durante toda su trayectoria artística Nolde se preocupó de forma especial de la plasmación de sus emociones internas, no sólo por medio del color, sino también a través de una estética de formas distorsionadas. Sus paisajes, construidos siempre a partir de un sentimiento de unión con la naturaleza, pueden interpretarse como deudores del carácter germánico que le vincula a los artistas románticos alemanes como Friedrich. El paisaje de este último Atardecer en el Elba, 1832, adquirido por la Staatliche Kunstsammlungen de Dresde en 1909, tiene unas correspondencias tan evidentes con los paisajes de Nolde que todo apunta a que seguramente éste conocía el cuadro.
Atardecer en otoño se expuso por primera vez en 1927 en Dresde, ciudad en la que Nolde había tenido una corta relación con los pintores de Die Brücke, y años después, según recoge Martin Urban, autor del catálogo razonado del artista, estuvo incluida en la muestra de Nolde en el Kunsthaus Rudolf Probst de Mannheim en 1937, que fue clausurada por las autoridades a los tres días de su apertura. A pesar de la inicial vinculación del artista con el nazismo, su obra fue tildada de «degenerada» y fue incluida en las exposiciones organizadas para denigrar el arte moderno como Entartete Kunst (Arte degenerado), razón por la cual el barón Thyssen adquirió un importante conjunto de obras de Nolde a partir de los años sesenta.
Paloma Alarcó