Los jóvenes músicos
La obra de los hermanos Le Nain, Antoine, Louis y Mathieu, ha sido apreciada sobre todo por la pintura de género, aunque también encontramos en ella temas religiosos, mitológicos y retrato. Como pintores de género, sus temas más populares son aquellos en los que se perfila el mundo del campesino francés, humilde y pobre, pero lleno de dignidad. Sobre su formación artística poco se conoce, salvo que las primeras clases las recibieron de un artista extranjero. Se trasladaron a París hacia 1629, estableciéndose en Saint Germain-des-Prés. Respecto a la carrera de Antoine sabemos que ejercía, en 1629, de maestro pintor en la corporación de Saint Germain, y que en 1632, la villa de París le encargó un retrato de grupo de los miembros del organismo municipal. Los tres hermanos fueron fundadores de la Academia Real de Pintura y Escultura, constituida en marzo de 1648, dos meses antes del fallecimiento de Antoine, el 26 de mayo. Los hermanos Le Nain, cuando firmaron sus pinturas, lo hicieron siempre con el apellido familiar, omitiendo tanto sus nombres como sus iniciales. Este problema ha sido ampliamente debatido por la crítica, que ha intentado diferenciar los estilos y manos de estos tres pintores. En esta línea, han resultado de gran ayuda los testimonios que dejaron tanto el novelista Du Bail como Claude Leleu, primer biógrafo de los artistas. Siguiendo estas fuentes, Antoine, a quien ha sido asignada esta pintura, destacaba por las miniaturas y los retratos de pequeño formato.
El óleo, desde su primera referencia bibliográfica, que fue de Biermann, ha estado atribuido al hermano mayor de los Le Nain, siendo fechado por Charles Sterling un poco después de 1640. Este mismo crítico apreció en esta pequeña obra la mano de dos de los hermanos: la de Antoine en las cabezas y la de Louis en las posturas y en los trajes. Siguiendo a este historiador, el estilo de los dos maestros se distingue por el diferente tratamiento que reciben estas partes en el cuadro y por el tipo de pincelada que en los rostros se ajusta con gran precisión dibujando los rasgos, y en las ropas resulta más abocetada y de factura más libre.
Este tipo de representaciones con grupos de niños es frecuente en la obra de Antoine Le Nain. En ellas, a pequeña escala, se reúnen muchachos que cantan o juegan, organizándose en composiciones sencillas como la de esta pintura. Aquí las figuras, todas de pie, se disponen casi en fila, con tres niños a la derecha, dos de ellos con instrumentos musicales, una pequeña pandereta y un rabel, ocupando el centro un solista; la comitiva se cierra con dos niñas en un plano algo posterior. Los pardos, grises y marrones que predominan en el fondo y en las ropas de las figuras se rompen con fuertes e intensos colores locales, como el rojo y el azul de las chaquetas y del delantal.
Esta pintura se ha relacionado con Le vieux joueur de flageolet, del Detroit Institute of Arts, donde se repite la postura del solista de nuestro quinteto con las manos en los bolsillos y mirando al espectador. También se ha puesto en conexión con un óleo de pequeño formato con seis figuras, cinco de ellas niños, con algunos instrumentos musicales pero cuya estructura resulta más compleja que la de la obra del Museo Thyssen-Bornemisza. De estos jóvenes músicos se conocen, además, dos copias: una en una colección privada atribuida al taller de Le Nain, que incluye un paisaje abocetado, y la segunda en el Museo de Leipzig.
Mar Borobia